Si hemos de despedirnos del mundo, tampoco es mala idea hacerlo en una de las grandes urbes que han marcado su historia. Elegimos tres. París , bellísima en diciembre, pintada de luces , de mercadillos de Navidad, de olor a gofres y a bistrós; Nueva York ... , gran opción para cualquier fin de año, para comprar, para sobrevolar Manhattan en un helicóptero; y Pekín, la capital del nuevo siglo. O en su defecto, algún otro destino del vibrante y lejano oriente.
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