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El conflicto de los restaurantes con turnos

Para los establecimientos este sistema es beneficioso, pero los clientes pocas veces salen contentos

Los turnos para las cenas, un auténtico problema en verano ABC

Carlos Maribona

«¿Me pueden reservar una mesa para cenar mañana?». «Por supuesto, señor. ¿A qué hora prefiere, a las nueve o a las once y media?». Este empieza a ser un diálogo habitual cuando intentamos conseguir mesa en determinados restaurantes, especialmente los más de moda. Durante ... el invierno es molesto, pero se puede sobrellevar. Sin embargo, esto de los turnos para las cenas se convierte en un auténtico problema en verano. Llegar al restaurante a las nueve, con el sol aún luciendo, no está precisamente entre nuestras costumbres, mucho menos las estivales. Pero no es eso lo peor. En este primer turno ya nos advierten de que a determinada hora, cuando lleguen los del segundo, tendremos que dejar la mesa. Imposible por tanto una de esas agradables sobremesas favorecidas por el relax de las vacaciones. Si elegimos la segunda tanda, no podremos cenar hasta las once o las once y media, una hora que ya empieza a ser tardía. Y eso con suerte, porque los clientes del primer grupo siempre tienden a hacerse los remolones, por lo que lo habitual es que no nos podamos sentar hasta casi la medianoche.

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