Razones fuera del circuito para ir a Jerez este fin de semana

Por tradición, el circuito de Jerez de la Frontera, inaugurado en 1983, es una de las que tiene mejor ambiente de todos. Por ubicación, cerca de la playa , por la camaradería de la mayoría de los vecinos que aceptan de buen grado los miles de moteros que se desplazan. En pocos años se convirtió en una de las pistas más famosas del mundo.

Aunque en los últimos años la Administración local ha querido salvaguardar el casco antiguo de la ciudad gaditana para evitar aglomeraciones y problemas derivados del descontrol y el ruido de las motocicletas, calles como Porvera o la Plaza del Arenal acogen a moteros y curiosos en un desfile de puestos de comida, tiendas y bares, sobre todo, bares. En otras ocasiones hasta se han preparado exposiciones de motos antiguas para hacer las delicias de los moteros.

Los moteros no pierden ocasión para bajar desde diferentes puntos de la geografía española hasta el pico gaditano, aunque son cada vez más los que buscan la comodidad remolcando sus máquinas con sus coches. Así ahorran en combustible y en cubiertas, caras para cambiarlas en cualquier momento, y ya de paso, por qué no, procurar llevar al máximo de personas posibles en el vehículo.

El Puerto de Santa María, Conil de la Frontera o la capital Cádiz son algunas de las opciones que eligen para pasar las noches, por cercanía y por precios. Zonas de acampada, cuyos precios rondan los 35 euros, resultan fenomenales para aposentarse tras una noche de verdadera locura. Eso sí, para los rezagados será difícil encontrar sitios disponibles.

Los moteros suelen ser muy precavidos para esas cosas, ya que Jerez es cita obligada. O la opción del hotel La Cueva, al lado del circuito es una de las mejores posibilidades, pero sus precios, al igual que el resto de oferta hotelera, se incrementan durante este esperado fin de semana que consigue llenar más de 90% de las plazas hoteleras. El circuito se sitúa a 8 kilómetros de la ciudad y existen autobuses que dejan a los que deciden no ir en moto porque o bien no la tienen o no son de aglomeraciones.

Para la ocasión, se han organizado numerosas actividades, como sorteos, actuaciones musicales, servicios para el motorista o, incluso, asistencia a los neumáticos, no sea que uno se pase a la hora de quemar rueda. No falta nadie. Eso sí, con moderación porque alcohol y motos se mezcla en un cóctel peligroso. Para ello, la DGT prepara un amplio operativo para intensificar la vigilancia y sensibilizar a los conductores al buen manejo de sus motos, a respetar la velocidad indicada en las carreteras. Y todo para evitar que la cifra de 400 muertos en moto al año siga aumentando.