Cómo ver hoy Bayas, la ciudad del pecado de la Antigua Roma

Bayas, una ciudad romana sumergida. Unas fotografías aéreas realizadas en los años 40 del pasado siglo por el piloto Raimondo Baucher en el golfo de Pozzuoli, a unos 20 km al norte de Nápoles, descubrieron un amplio conjunto de estructuras ocultas en el fondo del mar. A partir de 1959 se realizaron las primeras prospecciones. En esta foto, los submarinistas bucean entre las ruinas romanas de la antigua ciudad de Bayas (Baia en italiano), en un parque arqueológico submarino a poca profundidad, abierto a los interesados. Andreas SOLARO / AFP El rastro de la ciudad de la fiesta. Bayas fue el lugar de vacaciones de los ricos y nobles de la antigua Roma. En el Museo Arqueológico de Campi Flegrei hay muchos recuerdos de aquella época, muestras de su antigua opulencia. Era un destino de grandes fiestas y también una ciudad termal, fruto de la actividad volcánica en la zona. Durante los veinte siglos que han pasado desde entonces, gran parte del sitio se ha hundido entre 4 y10 m. Se cree que alrededor del 50% de la superficie construida está bajo el mar. Andreas SOLARO / AFP Mosaicos de Villa Protiro. Villa Protiro -llamada así porque contaba con un pórtico columnado frente a la puerta de entrada- es una de las muchas villae maritimae integradas en la antigua Bayas. Allí se halla este mosaico que muestra la foto. En la actualidad, Villa Protiro forma parte de la Zona “A” del Parque Arqueológico Sumergido, cerca de la localidad italiana de Pozzuoli. Este complejo monumental representa la estructura urbana de la antigua bahía: una calle que domina una serie de tabernas y una villa privada. Andreas SOLARO / AFP A salvo de saqueos. En 2002, este sitio de 177 hectáreas fue declarado Área Marina Protegida. Los buceadores pueden bajar y explorar el sitio, pero deben hacerlo en compañía de los guías de buceo locales registrados para evitar saqueos y deterioros. En la foto, una serie de mosaicos en la zona de Lacus Baianus, donde encontramos los imponentes restos de dos villas. AFP / Andreas Solaro El ninfeo del emperador Claudio. Estatua dedicada a Baio, el timonel de Ulises, en el ninfeo sumergido del emperador Claudio, a una profundidad máxima de 5 metros Es un edificio rectangular, donde es posible admirar la reconstrucción de una serie de estatuas. La mayoría de las estatuas y objetos que se hallan en el parque son réplicas. Las auténticas están en un museo cercano. Andreas SOLARO / AFP Un hundimiento lento pero constante. En esta zona de origen volcánico se registra el fenómeno del bradisismo, que consiste en un periódico descenso (bradisismo negativo) o ascenso (bradisismo positivo) del nivel del suelo. Debido a este fenómeno, la antigua franja costera ha sufrido un hundimiento de forma que los restos de todos los edificios que se construyeron allí están ahora bajo el agua. Andreas SOLARO / AFP Refugio de emperadores. Esta antigua ciudad, situada en la caldera volcánica de los Campos Flégreos, el noroeste de Nápoles, fue hogar de emperadores. Alrededor del siglo IV, los pórticos, las columnas de mármol, los santuarios y los estanques ornamentales empezaron a hundirse debido al mencionado fenómeno del bradisismo. En la foto, el guía muestra un capitel sumergido. Andreas SOLARO / AFP Viaje a los tiempos del emperador Claudio. Los trabajos de exploración comenzados en los años 80 descubrieron estancias decoradas con mármoles. A partir de entonces se concluyó que éste fue un complejo termal y un ninfeo construidos en época del emperador Claudio (41-54). En la actualidad se organizan escapadas de buceo en ocho zonas. Precio medio: 35 euros. Más información, en el Parque Arqueológico Sumergido de Baia. También se pueden ver algunas de sus misteriosas estructuras subacuáticas desde barcos con el suelo de cristal. El Museo Arqueológico de Campi Flegrei, creado en 1993, con las piezas originales, está dentro del Castillo de Baia. El Parque Arqueológico de las Termas de Baia, la parte de la antigua ciudad aún fuera del agua, excavada en la década de 1950, muestra otros tesoros. El Macellum di Pozzuoli es imprescindible. Andreas SOLARO / AFP La ciudad del pecado. Bayas era un retiro de villas lujosas e instalaciones termales donde los romanos ricos y poderosos llevaban una vida de placer y pecado, según se decía en aquella época. Cicerón la consideraba un lugar de vicio y perdición. También se elogió su clima benigno y las propiedades terapéuticas de sus aguas. Andreas SOLARO / AFP La residencia imperial. Una estatua deAntonia la Menor, madre del emperador Claudio, en el ninfeo de punta Epitaffio Se cree que las termas y el ninfeo formaban parte de una residencia imperial. Andreas SOLARO / AFP