Castilla-La Mancha es líder nacional en festejos taurinos

A rasgos generales, el número de festejos en España sigue cayendo, en una tendencia que no se ha revertido desde que empezó la crisis. Se pasó de los 1.997 de 2012 a los 1.858 del año pasado, un 6,9 por ciento menos. En Castilla-La Mancha, la caída fue menor: en un año se perdieron 19 festejos, un 4,3 por ciento del total. Entre los festejos, la categoría principal son las corridas de toros. Pues bien, estas aumentaron en la región: de las 61 de 2012 se pasaron a las 69 del año pasado. El dato es el más positivo de España, pues solo en otras dos comunidades, Castilla y León y Navarra, aumentó el número de corridas, aunque lo hizo en menor proporción.

A pesar de la crisis, en la región ha aumentado el número de Escuelas TaurinasTambién se celebraron más festejos en la categoría de rejoneo con toros (se pasó de 9 a 12), en las corridas mixtas con rejones (de 2 a 24) y en las novilladas sin picadores (de 72 a 75). En cambio, hubo menos festejos de rejoneo con novillos (se pasó de 48 a 31), novilladas con picadores (de 45 a 42), festivales (de 76 a 72), festejos mixtos (de 17 a 5), becerradas (de 107 a 90) y toreo cómico (de 4 a 2).

Para Vicente Casañ, crítico taurino en Castilla-La Mancha Televisión, el hecho de que la región sea líder «demuestra que existe una sociedad y, en general, una afición que están decididas a la apuesta de los toros como expresión de nuestro patrimonio cultural. Lo cual implica un reto para la administración, que debe ahora estar a la altura de la existencia de ese caldo de cultivo y de esas cifras excepcionales que no puede dejar perder».

Aparte de la afición, condición indispensable para la celebración de festejos, Casañ explica que en el liderato tiene mucho que ver el Gobierno de Castilla-La Mancha. «Le dan la razón por su labor de fomento y protección de la Fiesta. Potencian lo nuestro». En este sentido, hay que recordar que la Junta fue la primera comunidad en blindar la tauromaquia. Lo hizo a finales de 2011 cuando la declaró Bien de Interés Cultural (luego se han sumado Murcia, Madrid y Castilla y León).

Por otro lado, hace menos de dos meses, el 19 de marzo, la presidenta María Dolores de Cospedal entregó los primeros Premios Taurinos de Castilla-La Mancha. «Estamos obligados a legar los toros a nuestros hijos», dijo la presidenta en una gala celebrada en el Palacio de Fuensalida de Toledo. En ella fueron premiados el veterinario Antonio Gómez Peinado, el sastre Justo Algaba, el ganadero Daniel Ruiz, el maestro de leyenda Pedro Martínez «Pedrés», la Feria de Albacete y Radio Televisión Castilla-La Mancha.

Estos dos últimos nombres son otra de las claves de la «pole position» de la región. Los hermanos Lozano, Manuel Caballero y Manuel Amador han logrado, en apenas dos años, que la de los Virgen de los Llanos en Albacete sea la mejor feria española de septiembre. ¿Las claves? Un toro serio y mirar siempre por el aficionado, con precios para todos los bolsillos. Desde 48 euros se pueden ver 10 festejos.

Una de las causas pendientes es el 21% IVA, lo que hace casi inasumible la celebración de las novilladasPor su parte, en el apartado de la comunicación la televisión regional, la CMT, se ha convertido en un referente a nivel nacional. Raro es el fin de semana que no se ofrece un festejo. A lo que hay que sumar una completa programación que va desde tertulias a información pura y dura. Sin olvidar el certamen «Soy Novillero», que lleva dos años cuidando la cantera. Esto es: dando la oportunidad de torear a chavales a los que de otra forma les sería muy difícil y subiendo a la lanzadera del escalafón a los mayores talentos. Precisamente, este fin de semana se celebró en una abarrotada plaza de toros de Toledo la final del II certamen que coronó a Alejandro Gardel como triunfador. Y no conviene olvidar Villaseca de la Sagra, con un alcalde, Jesús Hijosa, empeñado en dar novilladas. Y un último factor son las Escuelas Taurinas: en la actualidad hay siete, una más que hace cuatro años.

En cualquier caso, no todo el cuento es bonito. Desde el inicio de la crisis, el número de festejos en España no ha dejado de descender. «Existe una crisis de festejos en el sector y es necesario que el Gobierno nacional, en sintonía con el regional, trabajen en la reducción de la presión fiscal y la numerosa burocracia para la celebración de un festejo. En hacer el espectáculo más accesible al espectador porque con unas entradas más baratas se podría luchar más contra la amplia oferta de ocio actual», explica Casañ.

Las palabras del crítico son claras: pide reducir el IVA del 21 por ciento con el que se grava a los festejos taurinos. Una medida que aprobó el Gobierno de Rajoy en 2012 y en la que las más perjudicadas han sido las novilladas, que pasaron de tributar el 8 al 21 por ciento. De ahí que la celebración de este tipo de festejos se haya convertido prácticamente en inasumible.