Muere un soldado de Quintanar de la Orden durante un ejercicio en un campo de maniobras de Zaragoza
Antonio García Sierra, militar experimentado de 24 años, se fracturó los pies hace ocho meses en otro salto
Muere un soldado de Quintanar de la Orden durante un ejercicio en un campo de maniobras de Zaragoza
«Seguro que ha muerto contento, con una sonrisa, porque ha perdido la vida haciendo lo que más le gustaba». La frase es de Isidora Fernández, familiar de Antonio García Sierra, un soldado de 24 años de Quintanar de la Orden que falleció este jueves ... en un salto en paracaídas durante unas maniobras Alfa (unidad tipo compañía) en el campo de San Gregorio en Zaragoza. Antonio era un militar experimentado, según fuentes de la Comandancia Militar de Zaragoza, que sufrió un accidente al no abrirse su paracaídas durante un salto de apertura manual nocturno.
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El trágico percance ocurrió sobre las 20.15 horas, después de que Antonio hiciera un salto al vacío y su paracaídas no se le abriera por razones que el Ejército de Tierra está investigando para esclarecer las causas del accidente. Al joven se lo encontraron en el suelo con vida y fue trasladado al Hospital de la Mutua de Accidentes de Zaragoza , donde murió.
En silla de ruedas
El soldado Sierra, que iba a cumplir en julio 25 años, pertenecía a la Compañía de Reconocimiento Avanzado de la Brigada de Paracaidistas VI, con sede en Paracuellos de Jarama, que se encuentra de maniobras en San Gregorio desde el pasado 25 de marzo hasta el 2 de abril.
El pasado verano, Antonio sufrió en otro salto un grave accidente que a punto estuvo de costarle la vida. Su paracaídas y el de otro compañero se engancharon en el aire debido al viento, aunque lograron liberarse a tiempo, según recuerda Isidora Fernández. Mientras su compañero pudo pisar tierra sin dañarse, Antonio chocó contra un árbol y se fracturó ambos pies al caer al suelo. Sin embargo, este serio percance no le amilanó y, después varios meses de baja -llegó a estar una temporada en silla de ruedas y con muletas-, volvió a su destino en la base de Paracuellos de Jarama. «Estaba deseando incorporarse de nuevo porque era su pasión, su vocación desde muy joven», recuerda Sebastián Heras, director de la Banda Municipal de Música de Quintanar de la Orden, donde el padre de Antonio había sido clarinetista.
Antonio, quien ya estuvo destinado 6 meses en Afganistán, se había marcado como objetivo inminente participar en la misión de la UE en Mali.
El soldado Sierra estuvo en el colegio Nuestra Señora de la Consolación de Quintanar de la Orden hasta que se matriculó en el Instituto de Educación Secundaria «Infante Don Fadrique» de la misma localidad. Sin embargo, no llegó a terminar el Bachillerato porque se marchó al Ejército.
En el pueblo describen a Antonio como un joven muy alegre y muy activo, «un chico ejemplar»: además de su pasión por el Ejército, era un amante del deporte y también participaba desde pequeño en el grupo parroquial «Pandillas», donde ejercía de monitor cuando su trabajo se lo permitía. «Se cogía días de vacaciones para irse de monitor a los campamentos», recuerda Isidora Fernández.
Otros accidentes mortales
Antonio es el quinto militar que fallece en un accidente ocurrido durante ejercicios de saltos paracaidistas, desde la supresión del servicio militar obligatorio en 2001, según EP.
El anterior tuvo lugar en noviembre de 2012, cuando un soldado del Ejército del Aire de 31 años murió cuando realizaba un ejercicio en el término municipal de Mula, en Murcia, en una zona próxima a la Base Aérea de Alcantarilla.
Algo más de un año antes, en agosto de 2011, una cabo del Ejército de Tierra perdió la vida durante un salto en unas maniobras en la localidad de Casas de Uceda (Guadalajara). Tenía 23 años, era natural de Huelva y había ingresado en las Fuerzas Armadas en 2006.
Y en noviembre de 2010 falleció un cabo paracaidista de 25 años y natural de Castellar (Jaén), un día después de sufrir un accidente en la base aérea de Virgen del Camino (León), cuando realizaba un salto paracaidista a alta cota en apertura manual y se precipitó contra el suelo a gran velocidad.
Asimismo, en 2003, un cabo de 23 años natural de Elche (Alicante) falleció durante un salto en automático en el mismo campo de maniobras de San Gregorio, cuando participaba en un ejercicio BETA-100 de Grupo Táctico, al no abrirse su paracaídas.
Sin embargo, el suceso más grave sufrido por paracaidistas en la historia las Fuerzas Armadas españolas ocurrió en 1972, cuando 13 militares perdieron la vida durante las maniobras denominadas Maxorata-72 en la localidad de Tefia (Fuerteventura). Todos fueron arrastrados por una racha de viento en pleno salto y chocaron contra una zona de riscos y paredes de piedra.
Además de los dos días de luto decretados por el Ayuntamiento de Quintanar (13.000 habitantes), se van a suceder los homenajes en recuerdo de Antonio García Sierra en su pueblo. Este sábado, a las 17.00 horas, los equipos de juveniles Quintanar y Almaguer guardarán un minuto de silencio en memoria de este soldado vocacional.
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