«Si uno cree en sí mismo, es capaz de romper todas las barreras»

—¿Qué hace un maestro del Kung-fu camino del espacio?

—Desde pequeño he sido aficionado a las películas de «Star Wars» y uno siempre ha soñado con ir más allá del horizonte y por qué no voy a poder llegar a hacerlo. Jamás he dejado de soñar que lo haría y, mira, aquí estoy. La experiencia deportiva en mi vida, todos los torneos y combates en los que he participado me han ayudado a superar todas las pruebas y llegar a donde he llegado.

—Ha ganado campeonatos con los ojos y los oídos vendados. ¿Tanto poder tiene la mente?

—Sí, sobre todo cuando estás en calma. La mayoría de nuestras preocupaciones están por los miedos, pero si te relajas, puedes percibir a las personas que tienes delante. Ocurre con los ciegos o personas que tienen una discapacidad y que acaban compensándolo. Igual que un mecánico sería capaz de armar o desarmar un coche con los ojos vendados, pues en mi campo también se puede hacer.

—Y ha sacado a gente de la depresión.

—Sí, a través del trabajo mental, de meditación, de entrenamientos, de la acupuntura... Las personas no somos robots, por mucho que lo digan los médicos, y lo bueno de tratar a los seres humanos con todas sus cualidades y capacidades es que ayudas a que puedan salir de las depresiones o de enfermedades difíciles de curar o que los médicos ya tratan con calmantes.

—Además es capaz de hacer el pino con un solo dedo índice. ¿Cuál es su límite con la mente?

—Siempre hay que poner un reto más, una montaña más que escalar, y los límites los pone uno. Estoy convencido de que uno puede conseguir cualquier cosa que se proponga, y yo soy la prueba de ello. Con paciencia y perseverancia, se consigue. Hay que creer en uno mismo y así serás capaz de romper todas las barreras.

—También es actor y escritor. Echando un ojo a su currículum vítae, ¿usted parece un personaje de película?

—Es más lo que hay dentro de nosotros que lo que hay fuera. Tenía que salir de mi ciudad, de Talavera, para creer y aprender con grandes maestros. Una cosa lleva a la otra. Si tienes la mente abierta, puedes encontrarte con grandes proyectos en la vida. Si te quedas en casa sin hacer nada, criticando, viendo la tele..., pues dejas que la vida se te escape.

—Y está a punto de publicar ...

—En diciembre publico un manual sobre cómo entrenar el cuerpo a través de la mente, junto con el doctor Josep Alcaraz, además de una biografía con todas mis aventuras para la próxima primavera. Contando mi historia creo que ayudaré a la gente para que consiga sus sueños y vea que todo es posible. Veo mucha negatividad en la gente, con la mente muy cerrada, y no hace daño abrir tu mente a nuevas opciones, nuevas metas, y uno es capaz de vivir feliz. Sé que se puede porque yo lo he logrado.

—Entonces, usted se rodea de gente optimista.

—Algunas veces tendremos nuestros bajones, malos momentos, pero sabes que llega otro día, te dices que todo va a ir bien y al final todo se arregla. Si no ves lo positivo, todo eso te llega a ti. Si estás negativo, las cosas malas se suceden unas detrás de otras. Hay que cortar esa dinámica y empezar a generar algo bueno en nuestra vida, en la gente que nos rodea, y al final veremos que la felicidad está a un paso, está delante de nosotros.

—Y ahora a un paso de ser astronauta. ¿Qué preparación está realizando para la recta final en Orlando?

—He practicado submarinismo para controlar la respiración bajo el agua y ejercicios de apnea. También he hecho entrenamiento físico con falta de oxígeno por si hay un descenso rápido de sangre del cerebro al cuerpo, lo que suele ocurrir cuando la gente se desmaya. Igualmente, tres personas se han agarrado a mi cuello para soportar la fuerza G. También musculación y carrera.

—Y si se clasifica entre los 23 reclutas seleccionados, ¿cuándo iría al espacio?

—En principio sería para el próximo verano. No sé si se saldría del desierto de Mojave en California o de la isla de Curaçao en Brasil. Iría de copiloto y, si Felix Baumgartner se lanzó en caída libre desde los 39.068 metros de altura, nosotros llegaremos a 103.000 metros de altura, ya fuera de la atmósfera, veremos el sol en la oscuridad en la inmensidad del espacio, toda la curvatura de la tierra, ¡puff!, la verdad es que no hay palabras para describir lo que siento. Si un tío normal de T alavera de la Reina como yo puede conseguir esto, cualquiera puede conseguir cualquier cosa con trabajo.