«Abandonar el ballet sería abandonar mi vida»
Alicia Alonso recoge este viernes el Premio Especial Teatro de Rojas
mer fernández
El Teatro de Rojas hace entrega este viernes de la XXI edición del Premio Especial Teatro de Rojas a Alicia Alonso , «Prima Ballerina Assoluta» y directora del Ballet Nacional de Cuba «por toda una brillante carrera profesional dedicada por y para la ... Danza, en reconocimiento a toda una vida sobre los escenarios». «Nunca me he planteado abandonar el ballet porque sería abandonar mi vida», cuenta por vía telefónica la excepcional bailarina, maestra y coreógrafa, con dificultad para hablar «por un catarro» que, sin embargo, no le va a impedir recoger en persona el preciado galardón .
«Todo el mundo tiene algo que hacer en la vida. Yo lo encontré: bailar ballet clásico. Esa es mi vida. Es lo que hago, lo que sé, lo que doy», asegura emocionada y en presente, no examinando una dedicación pasada sino como algo que a día de hoy, y a pesar de sus 92 años, le hace levantarse cada mañana. De hecho, cuando a los 20 años se le desprendió la retina de los dos ojos y le dijeron que si quería conservar la vista tenía que dejar de bailar, lo tuvo claro: «elegía bailar». Apenas sin visión, las luces estratégicas en los escenarios y unos compañeros colocados en el sitio exacto hicieron que pudiera moverse sin nunca caerse o perder el paso.
El premio le llega en un momento nada trivial sino que va a coincidir con una agenda plagada de reconocimientos por el 70 aniversario de la interpretación que la dio a conocer. Era dos de noviembre de 1943 y una desconocida Alicia Alonso iba a sustituir en su papel de Giselle a la famosa Alicia Márkova en el Met de Nueva York. Era una suplencia de último momento porque Márkova había caído enferma y las demás o no querían o no conocían el papel. Alicia Alonso salió al escenario y triunfó.
«Hace tantos años y todavía lo recuerdo, pero no exacto. Sé que yo tenía miedo, pero tenía confianza en mis compañeros», recuerda Alonso. «Mi bailarín me decía: ‘ten confianza en mí y no te preocupes. Baila como tú tengas ganas de bailar y como se baila esto. Así como tú quieres. ¡Báilalo, báilalo!’, era lo que me decía. ‘Y no te preocupes de cómo lo baila nadie’. No lo olvidaré jamás en mi vida, jamás. Y después, cuando se cerró la cortina y la gente aplaudía, yo creía que me moría. Él me tuvo que agarrar. Y me decía: ‘ya fue todo, ya pasó’. Las piernas me temblaban, pero después que acabé de bailar. Fue como salir de un sueño. Era un ballet que siempre había querido bailar, desde que lo vi por primera vez. Luego no podía dormir. Seguía pensando en el ballet. Me puse a bailarlo en mi cabeza, pero para verme a mí bailándolo, desde el otro lado. Y nunca he quedado conforme. Giselle es un papel muy grande, muy para el bailarían al que le gusta el clásico».
El de Giselle sería su primer papel importante, pero no el último. En 1948 fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso , hoy Ballet Nacional de Cuba, dando a conocer en este país un arte hasta entonces desconocido allí y creando una escuela con sello propio. «El ballet tiene una técnica muy grande pero hay que coger los estilos , cómo se usan esas técnicas. Y cuando un bailarín de mi Compañía sale a escena, simplemente con la forma de bailar o de interpretar el personaje...».
Desde que creara su propio Ballet, sus actividades se compartieron entre el American Ballet Theatre , los Ballets Rusos de Montecarlo y su propio conjunto. Sus versiones coreográficas de los grandes clásicos son célebres internacionalmente y se han bailado por otras importantes compañías. «Giselle es romántico. Quiero mucho ese personaje, como puedo querer a Coppelia. Coppelia es un ballet para bailarlo y divertirse. Cada ballet tiene su delicia y su secreto ». Aun siendo una cubana orgullosa de serlo, principalmente ha sido y será bailarina de ballet. «Aunque la gente siempre decía: ‘mira la cubana cómo baila’. Yo siempre decía: ‘¿qué tiene que ver el cubanismo con lo que sea yo?’ Yo soy una artista y yo voy a bailar ballet clásico. Soy una cabeza dura».
La eternidad de Giselle
La actuación estelar en la que por primera vez interpretaba a Giselle llevó a Alicia Alonso a la fama mundial. Con motivo del 70 aniversario de la representación, se edita el libro «Alicia Alonso o la eternidad de Giselle» (Ed. Cumbres), escrito por Mayda Bustamante, vicepresidenta de la Fundación Alicia Alonso en Madrid . El libro es la recopilación más completa publicada sobre su genial interpretación del personaje de Giselle. Como afirma Alfio Agostini en el prólogo del ejemplar presentado este mes de septiembre en España, «La Giselle de Alicia está más allá de la técnica. Está hecho de la técnica, pero no es técnica; puede dar emociones, pero no es la emoción. Es algo que le es propio y exclusivo al arte y que se verifica en una zona profunda y especial del alma que no tiene que ver necesariamente con la llamada realidad».
Son muchas las críticas, reseñas o declaraciones referidas al papel de Giselle interpretado por Alicia Alonso las que se recogen en este libro. Puede leerse a un Fernando Emery afirmando que «Ella nació para que Giselle no muriera» o a un Ann Barzel asegurando que «Alicia Alonso constituye sin dudas la Giselle definitiva del siglo XX. Su grandeza radica en la diversidad de su ingenio» .
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