ENTREVISTA Juan Ignacio de MesaPresidente de la Real Fundación
«No hay voluntad política de tomar en serio la Vega Baja»
La Real Fundación de Toledo creará nuevos foros de debate con vecinos y administraciones para urgir a la protección de esta zona de la ciudad
M. CEBRIÁN
La Vega Baja sigue siendo un quebradero de cabeza para la Real Fundación de Toledo, tal y como explica a ABC su presidente, Juan Ignacio de Mesa, hasta el punto de que este organismo quiere acceder a toda la documentación que los arqueólogos han elaborado ... sobre este yacimiento para conocer el alcance de lo estudiado. El objetivo: seguir sensibilizando sobre la importancia de esta zona de la ciudad, cuna del Reino Visigodo, para protegerla, sobre todo, del ladrillo.
—¿Cuál es la situación actual de Vega Baja?
—La situación es mala porque después de seis años no se ha modificado el Plan de Ordenación Municipal (POM) y sigue habiendo una indefinición del modelo sobre lo que se puede o no se puede hacer allí, de tal forma que figura como zona urbanística de ordenación y como zona de protección. Tampoco se ha definido el perímetro de delimitación de la zona de Vega Baja. La Real Fundación lleva seis años pidiendo una solución para esta zona de Toledo, pero las administraciones siguen sin solucionar un problema que se está enquistando. Además, se están tomando medidas puntuales que son irreversibles y que pueden tener unos efectos nocivos para la zona. Por lo tanto, a la Real Fundación le preocupa mucho, ya que no hay voluntad política de tomar en serio la Vega Baja, una zona de una gran importancia arqueológica y paisajística para Toledo.
—¿Sigue funcionando el grupo de trabajo que creó la Real Fundación a principios de año para hacer un seguimiento de Vega Baja? ¿Qué hay de la documentación que pidieron tanto a la Junta como a «Toletum Visigodo»?
—El grupo quiere compilar la documentación que se pidió a la antigua empresa Toletum Visigodo y a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, a fin de poder tener acceso a los trabajos de los arqueólogos que durante años han actuado en la zona. Toletum Visigodo ni ha respondido y la Consejería se ha comprometido a facilitar el acceso a dicha documentación, cosa que todavía no ha hecho. Ante esta situación, la Real Fundación ha tomado la decisión de ponerse en contacto con todos los arqueólogos que durante estos años han estado implicados en Vega Baja a fin de conocer el alcance de la totalidad de lo estudiado y mantener una reunión para intercambiar opiniones y criterios, porque el puzzle aún no está completo. Este organismo también quiere reunirse con las asociaciones de vecinos de la zona para palpar la sensibilidad sobre lo que allí está sucediendo. Una vez recopilada toda esa información, pretendemos crear mesas y foros de debate para seguir sensibilizando sobre la importancia de esta zona de Toledo. Quizá lo mejor es no hacer nada en ella, pero lo peor es hacer cosas de las que el día de mañana nos podamos arrepentir. Por eso, tenemos que tener definido un modelo de actuación que no deje en el limbo jurídico lo que allí hay.
Solución a corto plazo
—¿Cómo valora el anuncio que hizo el consejero Marcial Marín de crear un «pulmón verde» en Vega Baja?
—Ignoramos si el Gobierno regional tiene un proyecto definido al respecto, pero si el consejero habla de crear un pulmón verde en la zona eso implica que no se va a actuar en términos de crear infraestructuras. Al menos, este anuncio supone cambiar una tendencia que hasta ahora no quedaba definida. Si no se construye, todo lo que allí se haga no será irreversible y se podrá plantear una solución a corto plazo.
—¿Cree que los trabajos que se han hecho este verano allí han sido los adecuados?
—Era necesario que se limpiara de maleza para evitar la acumulación de residuos que pudieran perjudicar a todos los elementos que hay en la zona y, sobre todo, porque es una zona urbana y, por respeto a los vecinos, no se puede mantener ese espacio como un páramo. Era penoso que estuviera en esas condiciones.
—Este verano el Ministerio de Defensa hizo pública su intención de poner a la venta su parcela, que es donde se iba a localizar El Corte Inglés. ¿Qué opina al respecto?, ¿cree que afectará a otras parcelas?
—Lo único que sabemos es que el actual propietario intenta vender esa parcela, algo que nos preocupa mucho más todavía, sobre todo teniendo en cuenta que no se ha delimitado la zona de protección. Nos preocupa mucho que se vayan vendiendo parcelas en esta zona, pues eso puede producir un efecto dominó a medio plazo, el mismo que se consiguió, por desgracia, en el Circo Romano. Es el más importante que hay en España y en toda Europa y no se puede disfrutar porque está urbanizado. En el momento en que no hay un plan integral para ver qué hacer en la zona, una licencia parcial de construcción afecta al conjunto.
—Como presidente de la Real Fundación de Toledo, ¿qué es lo que va a hacer a favor de Vega Baja?
—La Real Fundación va a seguir peleando para que se defina la figura jurídica de protección y el perímetro de Vega Baja a fin de incorporarlo al conjunto histórico-artístico de Toledo, del que no es ajeno, tanto por su ángulo de visión, como por los restos arqueológicos que se han encontrado en la zona. Por ello, vamos a insistir en que no se puede mantener el POM, que dice que Vega Baja es zona urbana donde se pueden construir más de 1.000 viviendas. Nos llama la atención que seis años después de la paralización de la construcción de viviendas esa modificación no se ha haya llevado a cabo, algo que evidencia que no se quiere realizar una protección integral de la zona.
«No hay voluntad política de tomar en serio la Vega Baja»
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