Dogecoin y Elon Musk: lo que hay detrás del nuevo símbolo con la cara de un perro que ves en Twitter
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A Twitter se le ha olvidado lo que es una semana tranquila. Al menos, desde que Elon Musk se hizo con el control de la red social. El magnate sudafricano, dueño de otras empresas, como Tesla o SpaceX, está decidido a ... intentar arañar hasta el último dólar que pueda de una aplicación que languidece, al menos en lo económico, debido a la creciente desinversión de sus principales anunciantes. Y si, además, puede aprovechar para que alguno de los negocios que tiene a parte saque rentabilidad del sitio, mejor que mejor.
Para Ferran Lalueza, profesor de Comunicación de la Universidad Oberta de Cataluña y experto en redes sociales, el aterrizaje del símbolo de la criptomoneda en la red social tiene una motivación económica «clarísima». «La vinculación de Musk con Dogecoin no es ningún secreto. En el momento en el que se hizo con el control de Twitter, ya dejamos claro que podía perseguir controlar el altavoz para beneficiar a sus propios negocios. Aquí lo vemos claramente», dice el experto.
Esta no es la primera vez que Musk beneficia a la criptomoneda, en la que ha invertido y cuyo símbolo, prácticamente, se ha convertido en su meme personal. Casi en una suerte de alter ego. El idilio comenzó en 2019, cuando el magnate anunció, cómo no, en un tuit, que se trataba de su criptomoneda favorita. Más tarde, en 2021, anunció que iba a lanzar un cohete a la luna que recibiría el nombre de Doge-1.
Las subidas y bajadas en la cotización de la criptomoneda a raíz de las declaraciones de Musk provocó que el pasado junio un inversor presentase una demanda contra el ejecutivo, al que acusa de haber creado un esquema piramidal para alterar el precio de la criptomoneda. El pasado viernes, el dueño de Twitter solicitó que la acusación, que reclama 258.000 millones de dólares, fuese desestimada.
El efecto bumerán de las cuentas autenticadas
Lalueza también ve en la llegada del símbolo del perro a la red social una posible cortina de humo detrás de la que tapar la caótica reconversión de las cuentas verificadas de usuarios reconocidos en cuentas de pago. Actualmente, Musk está intentando potenciar el sistema de suscripción de la red social, que no está convenciendo, prácticamente, a nadie. Sin embargo se calcula que menos del 1% de los 300 millones de internautas aproximados que navegan por Twitter se han abonado al plan, que ofrece un pequeño puñado de utilidades exclusivas además del codiciado tic de color azul.
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Mientras prosiguen los experimentos, lo cierto es que el valor de la red social cada vez está más lejos de esos 44.000 millones de dólares que Musk pagó a finales del año pasado. De acuerdo con información interna de la empresa, se calcula que su precio actual se encuentra justo en la mitad de lo acordado en su momento. Durante el presente año, la aplicación también ha sufrido numerosos problemas de servicio, en principio, provocados por la drástica reducción de la plantilla de la aplicación, que ha perdido aproximadamente al 80% de sus trabajadores en tan solo unos meses.
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