Dogecoin y Elon Musk: lo que hay detrás del nuevo símbolo con la cara de un perro que ves en Twitter
La red social cambió el lunes el icono del pájaro por la mascota de la criptomoneda
«Una medicina no se puede vender sin probar. Con la IA debería pasar lo mismo»
Madrid
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Iniciar sesiónA Twitter se le ha olvidado lo que es una semana tranquila. Al menos, desde que Elon Musk se hizo con el control de la red social. El magnate sudafricano, dueño de otras empresas, como Tesla o SpaceX, está decidido a ... intentar arañar hasta el último dólar que pueda de una aplicación que languidece, al menos en lo económico, debido a la creciente desinversión de sus principales anunciantes. Y si, además, puede aprovechar para que alguno de los negocios que tiene a parte saque rentabilidad del sitio, mejor que mejor.
El pasado lunes, Twitter cambió su logotipo del pájaro azul, recogido en la esquina superior izquierda en la versión de ordenador, por el logotipo de la criptomoneda Dogecoin, uno de los activos fetiche del empresario, que se ha visto beneficiado por el movimiento subiendo su cotización en bolsa un 30% y superando los 0,90 dólares por acción.
Este cambio ha sido el más notorio que ha tenido lugar en la red social en una semana en la que, en principio, iban a comenzar a desaparecer en masa las marcas de verificación azules de todas aquellas cuentas que no pagasen el servicio de suscripción Twitter Blue. Hasta el momento, la inmensa mayoría siguen activas. Aunque ya no se sabe si el usuario tiene el codiciado 'tic' por ser alguien influyente o, simplemente, por pasar por caja y abonar de forma mensual los 8 euros que cuesta.
Para Ferran Lalueza, profesor de Comunicación de la Universidad Oberta de Cataluña y experto en redes sociales, el aterrizaje del símbolo de la criptomoneda en la red social tiene una motivación económica «clarísima». «La vinculación de Musk con Dogecoin no es ningún secreto. En el momento en el que se hizo con el control de Twitter, ya dejamos claro que podía perseguir controlar el altavoz para beneficiar a sus propios negocios. Aquí lo vemos claramente», dice el experto.
Esta no es la primera vez que Musk beneficia a la criptomoneda, en la que ha invertido y cuyo símbolo, prácticamente, se ha convertido en su meme personal. Casi en una suerte de alter ego. El idilio comenzó en 2019, cuando el magnate anunció, cómo no, en un tuit, que se trataba de su criptomoneda favorita. Más tarde, en 2021, anunció que iba a lanzar un cohete a la luna que recibiría el nombre de Doge-1.
Las subidas y bajadas en la cotización de la criptomoneda a raíz de las declaraciones de Musk provocó que el pasado junio un inversor presentase una demanda contra el ejecutivo, al que acusa de haber creado un esquema piramidal para alterar el precio de la criptomoneda. El pasado viernes, el dueño de Twitter solicitó que la acusación, que reclama 258.000 millones de dólares, fuese desestimada.
El efecto bumerán de las cuentas autenticadas
Lalueza también ve en la llegada del símbolo del perro a la red social una posible cortina de humo detrás de la que tapar la caótica reconversión de las cuentas verificadas de usuarios reconocidos en cuentas de pago. Actualmente, Musk está intentando potenciar el sistema de suscripción de la red social, que no está convenciendo, prácticamente, a nadie. Sin embargo se calcula que menos del 1% de los 300 millones de internautas aproximados que navegan por Twitter se han abonado al plan, que ofrece un pequeño puñado de utilidades exclusivas además del codiciado tic de color azul.
«El tic azul se ha convertido en un símbolo de prestigio. Actualmente, muchas empresas, como 'The New York Times', han anunciado que no piensan pagar para lucirlo. Si muchos siguen el ejemplo, al final se convertirá en un icono para aparentar. Podría tener lugar un efecto bumerán que acabe afectando a los objetivos de la red social», señala el docente. Y es que el coste de mantener el tic para una empresa no tiene nada que ver con el que Musk está pidiendo a cualquier usuario. El precio, por el contrario, ronda los 1.000 dólares mensuales.
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Mientras prosiguen los experimentos, lo cierto es que el valor de la red social cada vez está más lejos de esos 44.000 millones de dólares que Musk pagó a finales del año pasado. De acuerdo con información interna de la empresa, se calcula que su precio actual se encuentra justo en la mitad de lo acordado en su momento. Durante el presente año, la aplicación también ha sufrido numerosos problemas de servicio, en principio, provocados por la drástica reducción de la plantilla de la aplicación, que ha perdido aproximadamente al 80% de sus trabajadores en tan solo unos meses.
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