iPhone 6S: la ventana hacia una nueva forma de interactuar con las pantallas táctiles

Esas pantallas táctiles ( multitáctiles, más bien ) contemplan varios movimientos con los dedos. Abrir aplicaciones, hacer zoom, mover objetos. Pero con esta tecnología, ya presente en los nuevos MacBook y el Apple Watch y adelantada en menor medida por Huawei en Mate S , inaugura una relación digamos diferente, quizá incluso más natural, entre el hombre y la máquina. Vamos camino de que los aparatos electrónicos «escuchen» y respondan a nuestras órdenes. Aprendan de nosotros, nos sugieran. Y en ese nuevo orden mundial repletas de pantallas táctiles, estas mutan con nuevas posibilidades.

Es innovación al fin y al cabo; «a todos los niveles», describe Apple para hacer referencia al nuevo iPhone 6S. Pero, lo cierto, es que esta tecnología capaz de discernir la presión de los dedos para activar las opciones genera una «nueva dimensión». ¿Problema? Es posible que la popularización de las pantallas táctiles ya presentes en todos los «smartphones» del mercado (independientemente del material empleado y su resolución) nos haya acostumbrado a utilizar diversos gestos, por lo que puede despistar (o confundir) el uso de la tecnología 3D Touch. Sin embargo, el usuario, que deberá «aprender» sus nuevas funciones, será capaz de comunicarse con la tecnología de una manera distinta.

Descubrirlo se hace de manera intuitiva. Incluso si nadie se lo explica o lo ve un tutorial, lo más probable es que el propietario de un iPhone 6S lo descubra por sí solo. El caso es que es capaz de detectar cuán profundamente se pulsa la pantalla, lo que optimiza recursos y movimientos. Los llaman «Peek» y «Pop» y permite pasar de realizar una previsualización a ver el contenido de un mail (por ejemplo) o profundizar en otras opciones.

Ya empiezan a adaptarse diferentes aplicaciones como D ropbox, Instagram, Facebook, Shazam, Pinterest . Así, con ese primer gesto de pulsación corta se abre el árbol de opciones o se realiza la previsualización. Con una mayor fuerza y se activan. Para entendernos, un símil perfecto sería como el botón derecho de los ratones convencionales. Todo muy sencillo, pero en el caso de los juegos el escenario cambia al ser bastante novedoso y admitir más movimientos sobre la pantalla.

Los juegos móviles han pecado de utilizar toques en la pantalla para realizar los movimientos. O en otros ejemplos se sirve del acelerómetro que integran los móviles actuales para mover los personajes hacia un lado u otro en función de la inclinación de la pantalla. Pero esta «tercera dimensión» de los iPhone 6S -que podría convertirse pronto en un estándar dentro de los móviles- permite vivir una experiencia distinta en los juegos sobre pantallas táctiles al controlar tanto personajes, armas o escenarios en función de la fuerza realizada. El tiempo dirá si finalmente supone una revolución dentro de la movilidad.