El CEO de Telegram es inculpado de numerosos crímenes, pero dejado en libertad bajo control judicial

Durov tiene prohibido salir de Francia y deberá presentarse dos veces por semana en una comisaria parisina.

Detenido el sábado, en el aeropuerto parisino de Le Bourguet, Durov ha sido interrogado durante 80 horas, por tres servicios íntimamente ligados: la Policía Nacional anti fraudes, los especialistas de la lucha contra la criminalidad numérica y los especialistas en la lucha contra la cibercriminalidad.

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En su requisitoria, la Fiscalía avanza doce grandes capítulos de crímenes y presuntos delitos criminales: «Complicidad en la administración de una plataforma en línea para permitir transacciones ilícitas en banda organizada». «Rechazo de comunicar a las autoridades las informaciones de los documentos necesarios para perseguir delitos criminales». «Complicidad y difusión en banda organizada de imágenes pornográficas de menores». «Complicidad en el tráfico de estupefacientes». «Asociación de malhechores con el fin de cometer crímenes y delitos, del blanqueo a crímenes crapulosos cometidos por una banda organizada».

Tras esa retórica leguleya, la Fiscalía tiene sospechas de complicidad directa o indirecta con bandas criminales ligadas al terrorismo islámico.

En primera instancia, los delitos y presuntos delitos mejor documentados son los relacionados con la pedofilia y la «ausencia de moderación» en el «funcionamiento» de Telegram.

En un segundo plano, la Justicia desea investigar las relaciones directas o indirectas de un largo rosario de actividades crapulosas, criminales, con la participación de bandas de especialistas en el tráfico de drogas y armas, indisociables de la criminalidad terroristas, en Europa, África, Oriente Medio. Sin olvidar, la guerra sucia de organizaciones políticas extremistas, atizando nubes tóxicas de desinformación y acciones violentas de muy diversa naturaleza.

Pavel Durov, sus abogados y Telegram han desmentido o intentado desmentir las acusaciones de la Fiscalía parisina. Tras la inculpación, seguirá un largo proceso de instrucción que muchos flecos jurídicos, políticos, incluso diplomáticos. Saliendo al paso de rumores de muy diversa índole, el presidente Emmanuel Macron declaró la tarde del miércoles: «La detención de Durov no tiene nada de política. Es la consecuencia de una instrucción jurídica que ha seguido su curso».

Durov fue detenido el sábado cumpliendo una orden de una información judicial abierta el 8 de julio pasado. El CEO de Telegram, llegó a París, desde Bakú, la capital de Azerbaiyán, en el Cáucaso. Debía pasar una noche en la capital francesa, antes de seguir viajando rumbo al Golfo Pérsico. Fue arrestado con un despliegue policial considerable.

En el momento de su detención, Durov afirmó que «tenía cita» con el presidente Emmanuel Macron, en el Elíseo. Nadie lo creyó. Pero ese detalle ha desenterrado otro oscuro problema de fondo… El CEO de Telegram viaja con una veintena de pasaportes, no siempre falsos, y tiene nacionalidad francesa, concedida hace años de manera excepcional, en unas circunstancias mal conocidas. Varios medios tradicionalmente creíbles, como el vespertino 'Le Monde', afirman que Macron y Durov se entrevistaron en privado varias veces, hace años. El Elíseo no ha deseado comentar esas informaciones.

Desde su detención, Durov, medios más o menos próximos y numerosas fuentes de muy diversa procedencia han atizado un vendaval de noticias y especulaciones.. La Policía suiza, por su parte, ha interrogado a la ex mujer del CEO de Telegram, que lo acusa de pegar a su hijo y no pagar, desde hace años, una millonaria pensión alimenticia. Durov ha respondido con sorna entre sucia y grotesca, afirmando «ser padre» de «centenares de miles de niños», a través de la inseminación artificial.