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ANÁLISIS

Probamos las gafas de realidad virtual HTC Vive

Cómodas, ergonómicas, capaces de dar grandes sensaciones y un resultado excepcional son algunas de las descripciones que se pueden utilizarse para este dispositivo

Mira en el vídeo el análisis del producto VIDEO: CAROLINA MÍNGUEZ
J.M. Sánchez

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La realidad virtual ya está aquí. Tras probar las Oculus Rift y los primeros prototipos de PlayStation VR , tenemos la ocasión de tener en nuestras manos las gafas HTC Vive . El resultado es sensacional. La instalación de este dispositivo requiere de bastante tiempo al principio. Necesita de cuatro enchufes y la descarga de un software especial .

El ordenador de sobremesa requiere, además, unas prestaciones técnicas medio-altas, que disponga por supuesto de puerto HDMI, USB y características potentes para poder mover las gafas en condiciones. La configuración es sencilla mediante el instalador. Tan solo hay que seguir cada uno de los pasos.

El dispositivo es cómodo. Sus originales mandos, pese a su tamaño, son bastante ergonómicos, intuitivos y manejables. Su duración, por cierto, es muy extensa. Con ellos se controlan las funciones y se puede interactuar con los diferentes juegos y aplicaciones disponibles . Estos son, digamos, las «manos» del entorno virtual. Cuenta con dos lentes tecnología OLED dispuestas para cada ojo que son desde donde se genera el mundo virtual. La tasa de refresco es de 90 Hz con lo cual no se suelen producir el efecto barrido. El campo de visión es de 110 grados.

Con ellas nos podemos teletransportar a un mundo paralelo. A diferencia de otras propuestas, las gafas de HTC cuentan con una cámara frontal que permite visualizar el entorno. Los sensores que vienen en el kit, que se colocan en diagonal a la zona de actuación, permite hacer un «mapeado» de la habitación. Aparecen así unas especies de rejillas que delimitan el perímetro de seguridad. Por el entorno nos podemos mover libremente interactuando con los diferentes objetos en función del tipo de juego. Eso sí, hay que llevar cuidado por si se nos enredan los cables en los pies.

El sistema da verdaderamente sensaciones y su potencial es inmenso. Eso sí, veremos si un futuro esta tecnología se adentra en el mundo del consumo o es un fiasco comercial. Las de HTC son las gafas de realidad virtual más avanzadas, pero también las más caras: su precio, 800 euros. El objetivo, que en los próximos meses y años existan abudantes y buenos contenidos para sacarle provecho. De momento, los minijuegos son los más extendidos.

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