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Robots para la vida cotidiana

Además de sustituir a los trabajadores en las fábricas, los robots ya pueden cuidar a ancianos, niños y enfermos, desfilar como modelos y jugar como mascotas

PABLO M. DÍEZ

No se cansan nunca, trabajan las 24 horas del día sin detenerse para comer ni echar un pitillo con los compañeros, son puntuales como un reloj y eficientes como una máquina, no incordian pidiendo aumentos de sueldo y jamás harán una huelga. El único inconveniente ... es que no son de carne y hueso, sino de metal y cables. Pero con unos «currantes» así de disciplinados, ¿quién quiere costosos y conflictivos empleados humanos?

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