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De la caja tonta a la TDT

De la caja tonta a la TDT

En tres semanas se completará el apagón analógico en España. Pero más allá del frenesí de última hora para hacerse con un sintonizador de TDT (las ventas podrían llegar a los 30 millones de aparatos cuando culmine el proceso el 2 de abril) cabe hablar ... de lo que representa la digitalización televisiva para los profesionales del medio y para el público. ¿Una revolución del mismo nivel que la irrupción, hace 20 años, de las cadenas privadas? ¿Una simple estación de paso hacia posibilidades más asombrosas, como la alta definición, el 3D y la televisión a la carta? En plena euforia tecnológica hay estudiosos del fenómeno televisivo que echan de menos un debate sobre los contenidos, la estética, la pluralidad. «No hay que confundir la física recreativa con las ideas», señala Manuel Martín Ferrand, que en 1960 empezó a trabajar en los servicios informativos de Televisión Española y tres décadas después fue nombrado director general de Antena 3 Televisión, el primer canal privado en emitir para toda España. «El apagón analógico es un suceso tecnológico sin más. Lo importante no es el soporte, sino lo soportado; es decir, el contenido. Me declaro un objetor de conciencia ante tanto pasmo. En la época heroica se reclutó a gente procedente del cine, del teatro... y a jóvenes que veíamos el medio como una tierra de conquista. Con nuestras virtudes y defectos no hubiéramos hecho algunos de los programas basura que hay ahora en las parrillas». «Hemos pasado de la televisión mecánica a la electrónica, después a la hertziana... y el espectador no ha notado el cambio de un modo drástico», añade. «Otra cosa es la gente que estaba al otro lado».

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