Una silla de ruedas todoterreno

La idea se le ocurre a Gilad Wolf, un granjero e inventor israelí que se rompió la pelvis en 2008. Según la revista Wired, no quería dejar de vigilar sus plantaciones durante su convalecencia, y buscó la manera de adaptar su silla de ruedas a los terrenos de cultivo. Como Israel es un país de emprendimiento de base tecnológica, llevó su concepto a una aceleradora de ‘start-ups’ especializada en productos médicos, y lo perfeccionó con ellos.

«En la mayoría de ocasiones el usuario está llevando una silla de ruedas sin suspensión, que le lastima la espalda y lo agota», explicó a Wired el CEO de la compañía, Daniel Barel. Su tecnología, que incorpora tres amortiguadores de aire comprimido en cada rueda, permite reducir el impacto de los terrenos abruptos y que casi toda la fuerza que aplica el usuario se destine al movimiento.

Una de las ventajas de las ruedas de Softwheel es que se pueden usar con casi cualquier silla. Una vez instaladas –se pueden montar y desmontar al momento–, se pueden utilizar sin ninguna clase de curva de aprendizaje.

Aunque el primer objetivo de la compañía es que su tecnología se aplique a sillas de ruedas, creen que también puede mejorar la experiencia en otras actividades como el ciclismo, ya sea urbano o de montaña. Su sistema de amortiguación para bicicletas –denominado Fluent–, muy parecido a Acrobat, ofrece una suspensión independiente y adaptativa que siempre está activa pero solo se hace notar en presencia de terrenos difíciles.