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Cómo montar una bonita y cómoda oficina en casa
Desde la ubicación idónea hasta el mobiliario que garantiza una postura cómoda, la iluminación más conveniente o la decoración que ayuda a crear una atmósfera que propicia la concentración, favorece un ambiente relajado y aumenta la concentración.
Lola Márquez
El teletrabajo ha llegado para quedarse, al menos por un tiempo o de manera parcial. Por eso, es importante preparar un espacio para este fin que favorezca la concentración , resulte cómodo y se integre en el resto de la casa como uno más. ... Lo ideal es montarlo en una habitación independiente. Sin embargo, muchas veces no es posible por razones de metros o distribución. En esos casos, debe compartir ubicación con estancias como el dormitorio, el salón o la cocina.
En la medida de lo posible, los expertos recomiendan situarlo en una esquina o rincón, intentar separarlo visualmente del estar mediante una solución como un biombo y contar con una pequeña zona de almacenaje. La ‘cloffice’ , que mete directamente el despacho en el armario, puede ser también una solución cuando no sobran los metros y se quiere separar la vida familiar de la laboral.
La importancia de la iluminación
El lugar elegido debe reunir todos los requisitos, incluida una buena iluminación. Lo ideal es instalar la zona de teletrabajo cerca de una ventana «para aprovechar al máximo la luz natural y el aire fresco, tener vistas al exterior para descansar la vista y contar con sistemas domóticos, que abran o cierren de forma proactiva las persianas, cortinas y demás accesorios conforme a las condiciones interiores y exteriores, facilitando el confort visual y el bienestar en todo momento», aconsejan desde Velux.
Respecto a la artificial, lo aconsejable es colocar una lámpara de sobremesa o un flexo, situados bien a la izquierda si se es diestro o a la derecha, si se es zurdo, de forma que no se produzcan sombras. Es importante que el haz de luz quede siempre por encima de los ojos.
La elección del mobiliario
Al trasladar la oficina al hogar, es necesario elegir un mobiliario que dé respuesta a las necesidades laborales y resulte, al mismo tiempo, cómodo y ergonómico. La mesa de trabajo es decorativamente hablando la protagonista de este espacio. Para que resulte cómoda y funcional, debe contar con mínimo 120 cm de largo y 75 cm de fondo. Si forma parte de otra estancia, su estilo debe armonizar con el resto de elementos decorativos, para que quede totalmente integrada.
La silla es la otra pieza esencial, ya que de ella depende, en su mayor parte, el confort durante la jornada laboral, además de brindar una postura idónea para largas jornadas. Solo si se va a trabajar de forma esporádica en momentos puntuales, se podrá recurrir a la silla de comedor, en el resto de supuestos es un requisito básico elegir una ergonómica, imprescindible que lleve reposabrazos, que evite dolores musculares y de espalda. Si el despacho es independiente, la mejor opción son los modelos de oficina típicos que garantizan el confort y la funcionalidad, cuentan con altura del asiento regulable, apoyo lumbar y un respaldo alto que permite la inclinación.
Los nuevos modelos no solo son muy cómodos, sino que también han mejorado su diseño, están disponibles en una gran variedad de colores y poco tienen que ver con la típica silla de oficina. Mientras que, si comparte espacio con otra estancia, lo ideal es optar por una opción intermedia, que sea capaz de integrarse estéticamente en el ambiente y cuide la posición de la columna. Es importante que la espalda esté bien apoyada y que se sitúe un reposapiés que evite que se sobrecarguen ciertos músculos.
El factor del orden
El orden ahorra tiempo al tener todo localizado y a mano, facilita el trabajo diario, ‘organiza’ la cabeza, aumenta la rapidez mental y, según la gurú Marie Kondo, proporciona la felicidad. Aunque siempre es un factor clave, su importancia aumenta si el despacho comparte espacio con el salón, ya que se trata de una estancia familiar donde se desarrollan otras actividades. Desde un escritorio con cajones, hasta baldas en la pared más cercana o una cajonera. También es importante contar con organizadores de mesa que ayuden a despejar la superficie cuando se termine el trabajo e intentar no llenarlo de cosas innecesarias: menos siempre es más.
Al tratarse de una oficina en casa, esta debe formar parte de la vida del hogar. Y es ahí donde entra en juego el papel de la decoración. Detalles como una alfombra, una fotografía en el corcho, un ramo de flores o una planta que decore, purifique y reduzca el estrés, como el aloe vera o la sanseviera, ayudan a crear un ambiente propicio. «Una alfombra no es solo una manera de equipar un Home Office, sino que logra envolver este espacio de trabajo y lo conecta con el hogar, sin olvidar su capacidad para aislar y reducir los ruidos externos», señalan desde Actiu.
Para terminar de diseñar la oficina en casa, siempre que los metros lo permitan, es recomendable incorporar el concepto de ‘soft seating’ . Está demostrado que saber desconectar favorece la productividad, ya que el incorporar momentos de relax durante la jornada laboral, logra que las personas se concentren más y sean más imaginativas. Por eso, una buena idea es diseñar un pequeño rincón, basta con una butaca o un sillón, donde recargar las pilas. También aquí la decoración tiene una función principal.
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