La fortuna y los excéntricos lujos que rodean a Román Abramóvich

Ante semejante situación parece que ha decidido tomar medidas preventivas. En primer lugar ha puesto a la venta el club de fútbol, una noticia que anunció él mismo mediante un comunicado en la web de Chelsea. Decisión que desde su punto de vista «es lo mejor para el club, los aficionados, los empleados, así como los patrocinadores y socios».

Además, ha aprovechado la ocasión para dejar clara su posición al conflicto, declarando en dicha nota que los beneficios de la venta se donarán íntegramente a las víctimas de la guerra en Ucrania. Por ahora la polémica está servida ya que Conor McGregor (quien por cierto es aficionado del Manchester United) parece haber mostrado su interés en adquirirlo sin importarle el elevado precio de 3.626 millones de euros que se pide por el equipo inglés.

También ha decidido vender dos de sus lujosas casas en Londres, una una mansión en Kensington Palace Gardens (por un precio de 180 millones de euros) y un ático en el Chelsea Waterfront (por 27 millones). De llevarse a cabo estas transacciones, contribuirían a engrosar notablemente su cuenta bancaria, que ya de por sí posee un elevado número de ceros. Y precisamente este aspecto es el que más atención está suscitando en los últimos días, ¿a cuánto asciende su fortuna?

Su recorrido en el mundo de los negocios comenzó en 1988, cuando después de haber estado varios años en una fábrica de repuestos, la reforma económica Perestroika en la Unión Soviética le permite crear una fábrica de juguetes de plástico . Es en ese momento cuando comienza a invertir en diferentes conglomerados petroleros. Tan solo dos años más tarde, en 1990, ya había fundado más de 20 empresas de diversas áreas y posteriormente crea la firma petrolera Sibneft junto al magnate Borís Berezovski. Allá por 1996 ya se le consideraba multimillonario, además de por su negocio petrolero, por otros acuerdos relativos al mundo del aluminio y la fábrica de juguetes. Tanto creció su fortuna que incluso fue invitado por el presidente de aquel entonces, Boris Yeltsin, a mudarse al Kremlin.

Casi una década más tarde, en el 2005, decide vender Sibneft en un momento en el que era la cuarta petrolera más grande del mundo y con dicho acuerdo su fortuna creció de manera exponencial. Según la revista Forbes y la agencia Bloomberg, ahora sus ganancias estarían estimadas entre los 10.000 y los 13.000 millones de euros y como buen millonario que se precie, ha aprendido a invertirla y disfrutarla sin miramientos.

Aunque suele ser bastante celoso con su vida privada, es habitual verlo de vacaciones en alguno de sus yates junto a sus hijos. Y es que posee hasta 3 diferentes. Por un lado, el ‘Eclipse’ , que ordenó construir en 2009 (desembolsando una cifra de 340 millones) y cuya eslora de 168 metros lo convirtieron durante años en el más grande del mundo. También posee el ‘Dilbar’ , algo más pequeño, con 156 metros de eslora. Su última adquisición ha sido el Solaris en 2021, de 140 metros de eslora y un precio de 500 millones.

En su haber también dispone de un Boeing 767-33A ER –cuya construcción fue un encargo de Hawaiian Airlines y es conocido como ‘The Bandit’- cuyo precios supera los 75 millones de euros (y en su caso, incluso más, debido a los lujosos acabados que posee). En lo que concierne a los coches, también le apasionan y en su garaje se pueden encontrar desde un Bugatti Veyron a un Ferrari FXX , Lamborghini Reventon , un Porsche 911 GT1 Evo o un Aston Martin Vulcan , por citar algunos.

El arte es otra de sus aficiones y por eso no escatima a la hora de invertir en obras históricas como el ‘Tríptico’ de Francis Bacon que adquirió por 50 millones de euros o por un cuadro de Lucien Freud, ‘Benefits supervisor sleeping’, por el que desembolsó otros 19,5 millones. Es también el propietario del Picasso más caro del mercado, ‘Desnudo, hojas verdes y busto’ , que adquirió en 2010 por 82 millones de euros. También ha comprado la obra del artista vivo más cotizado de Rusia, Ilya Kabakov .

En cuanto a sus propiedades inmobiliarias, además de las casas en Londres que desea vender. Posee una villa en la Riviera Francesa , Villa Leopolda, que fue mandada construir por el rey Leopoldo de Bélgica, en 1840 y que adquirió por 300 millones. En Tel Aviv también posee una casa que era un antiguo hotel de lujo (el Varsano) que le costó 25 millones, otra en Saint Barth de 90 millones y alguna que otra ‘casita’ con encanto en Chipre, Viena o Ibiza.

Otras de sus compras más excéntricas son una isla privada, New Holland, situada en San Petersburgo . Un territorio artificial abandonado con la caída de la URSS que rehabilitó y abrió al público como un enorme centro de arte contemporáneo (y por el que desembolsó casi 400 millones de euros). También le regaló una parcela de 40 hectáreas en la luna en 2008 a su esposa de aquel momento, Dasha Zhukova (vuyo divorcio, por cierto, también fue uno de los más caros de la historia).

Son también muy sonadas sus fiestas y comilonas , como la que celebró la Nochevieja del 2012 en la isla caribeña de San Bartolomé donde actuaron los Red Hot Chili Peppers y que le costó 8 millones, o la que hizo al año siguiente con la presencia de Kings of Leon como grupo invitado y por la que pagó 6 millones.