Asier Etxeandia: "Me llaman cumple-sueños, porque todo lo que me propongo, lo consigo"

El cine y la música han formado parte de tu vida desde siempre y ahora te adentras en el mundo del diseño. ¿Con qué disciplina te quedas?

Soy artista y uso todas las herramientas que puedo para transmitir y para conmover. Cualquier oportunidad que haya para mostrar lo que pienso o poder expresarme con mi universo es un privilegio para mí. Como actor, haciendo una canción, con una performance, con una obra plástica, con todo lo que es necesario. Es lo que hago y es lo que me interesa, ese universo, el poder del arte y de la cultura para transformar corazones y mentalidades. Lo que quiero es que me dejen un lugar de recreo para poder explayarme.

¿En qué te has inspirado para crear la Menina?

La menina es un poco un reflejo de cómo me siento, con mi trabajo y con la vida. Creo que para dedicarse a esto hay que ser valiente. Creo que para el amor hay que ser muy valiente, para estar preparado para que te rompan el corazón y para ser artista y exponerte en estos tiempos que corren o en cualquier tiempo. Cualquier artista ha sufrido porque es una cobaya de sí mismo y si sobre todo te pringas y haces lo que crees hasta el final, siempre vas a tener detractores, siempre te van a arrancar un trozo de ti o te dejan expuesto para que te hagan daño, para que te juzguen, para que te critiquen, incluso para que te vapuleen.

Para mí la menina tiene todos esos elementos maravillosos que creo que conforman mis inspiraciones, mis dolores, mis brillos y mi actitud ante la vida que significa “aquí estoy yo, con lo bueno y con lo malo”.

¿El proyecto que sueñas realizar es…

Tengo amigos que me llaman cumple-sueños, porque todo lo que me propongo, lo visualizo con tanta fuerza y trabajo, tanto en ello que casi siempre lo acabo consiguiendo. Porque creo mucho en el trabajo y creo que bueno, tengo una estrella que me protege. Creo que mi madre hace que pueda estar a la altura de lo que me proponen y sé que conlleva mucha implicación, mucho nivel de flipe y mucho trabajo. Por ahora, seguir haciendo música, poder trabajar con buenos directores en proyectos acojonantes tanto en cine como en tele. Poder dirigir en algún momento, porque creo que estoy preparado para ello, porque ya lo estoy haciendo. Lo hago con los videoclips, con el espectáculo y me apasiona además dirigir la obra completa no solamente a los actores, sino crear toda la puesta en escena y la poesía de la estética, incluso el vestuario.

Todo eso me apasiona, yo lo que quiero ahora ya es poseer espacio para hacer lo que yo siento y lo que me sale de dentro, que es lo que he hecho toda la vida. Y hacer música, hacer buenas canciones.

Si no tienes un buen día, ¿cómo haces para que no interfiera en tus actuaciones?

La verdad es que me suele pasar bastante, no puedo evitarlo, la vida me pone tanta alegría como preocupación, como a todo el mundo, por supuesto, eso es así. Y además parece que se ceba en los momentos en los que más expuesto estás, cuando tienes más responsabilidades, cuando más tienes que brillar o convencer a los demás de que tienen que comerse el mundo o darles felicidad, como cuando sales al escenario. Pero cuando tengo un mal día lo que suelo hacer es salir a la calle, ponerme los cascos y andar, eso cura cualquier alma. Ponerte la música y andar, andar y andar, eso es lo mejor. Cuando andas es cuando sale todo.

¿Qué ha sido lo más difícil de tu trayectoria profesional?

He tenido cosas que me han costado y que me han asustado mucho, pero me doy cuenta que tenía que ver con el momento y lo importante que era ese momento, ese instante y lo que pasaba. Y porque siempre me pasa, la gente que me conoce se ríe de mí, porque entro en una crisis terrible cada vez que voy a hacer un personaje y creo que me voy a morir, y creo que no voy a saber hacerlo y pienso que a dónde voy… que soy un fraude.

Me pasa siempre, es una especie de proceso, de patrón que tengo que seguir para después encontrar sentido a lo que hago. Me pasó en “Sordo” por ejemplo cuando interpretaba a Selmo. O la primera vez que trabajé con Pedro, las expectativas de ser un actor eficiente para lo que él quería contar cuando por fin me atrevo a hacer mi primer disco con mis canciones que tengo escritas desde que era adolescente. Y estar a la altura de Enrico Bárbaro, que es un Dios para mí, y tengo la suerte de tener al mejor músico que me he encontrado en mi vida. Todo eso y cada vez que me subo al escenario es una prueba de fuego muy importante.

El punto fuerte y la mayor debilidad del cine español...

Es que lo del cine español es una pregunta… ¿qué pasa que en el cine español es todo igual? En absoluto. ¿Todo el cine americano es igual? ¿De qué estamos hablando? ¿Del mainstream o del cine independiente? ¿De un cineasta, o de cuando se hace una película para vender, comercial? Da igual. Yo lo que creo es que hay que apoyar los buenos productos valientes y arriesgados. Y en este país lo hay… hay cineastas y directores, que investigan, que tienen su propio lenguaje, eso es una maravilla. Luego hay películas horrorosas y mediocres, da igual que sean españolas o sean de otro lado. Hay que apoyar el cine español, hay que apoyar el buen cine.

Yo lo que creo es que la gente tiene que llenar las salas de cine. Cuanto más conoces sobre algo, más curiosidad te crea y más descubres la maravilla que es. Por ejemplo con la música, con la ópera, con el cine, con la lectura. Si tu lees libros, querrás leerte todas las novelas del mundo porque descubrirás nuevos autores, y eso es lo que pasa, que no hay cultura en este país. En este país, la cultura es entretenimiento. Quizá el público lo que busca es entretenimiento, en vez de un viaje total y una obra de arte, que es el cine. Entonces hay para todos los públicos, pero para eso hace falta que el público entienda lo que es el lenguaje del cine y quiera consumirlo.

En un momento de crisis como en el que estamos hay que aprender a disfrutar de los pequeños placeres de la vida… Pero ¿qué es para ti el lujo?

Es que a mí lo que más me preocupa de todo esto, es que parece que está prohibido lo que a mí más feliz me hace, que es el ritual, juntar a la gente, la masa.

Yo he vivido siempre en comuna, siempre he sido anfitrión, me gusta juntar a la gente. Me gusta crear pequeños rituales, que eso es lo que ha hecho el ser humano desde que tenemos uso de razón, porque nos une, nos hace empatizar, estar de acuerdo los unos con los otros, poner nuestra energía en un punto común, eso es lo que más está jodiendo este virus. Hasta cantar parece que es malo, porque transmites los virus, y es justo lo que yo hago, eso es lo que más me está destrozando… no poder juntarme con los míos.

Tenemos que ser responsables, pero no tener miedo. Porque si tenemos miedo entonces van a hacer lo que quieran con nosotros, lo que les dé la gana. Y eso es lo que está pasando, nos están separando, tenemos que llevar la mascarilla, tenemos que ser empáticos con todo el mundo, saber que hay cosas ahora mismo que no podemos hacer, pero tampoco nos tenemos que convertir de repente en policías, en gente crispada que saque el miedo adelante y que esté fijándose en lo que hacen los demás. Preocúpate de cómo vives esto tú. Donde más se aprende esto es en el ritual y no nos dejan juntarnos.

El primer destino al que viajarás cuando acabe la pandemia será…

Bilbao, simplemente pasar tiempo en mi tierra y estar con los míos.

Tu película y obra de arte favoritas

Eso es imposible, tengo muchísimas, lo siento.

Una canción

Tengo como tres mil vinilos, no te exagero, soy melómano y escucho de todo, me fascina todo. Es totalmente imposible elegir una canción.

Un plato

El ramen, estoy obsesionado con el ramen. Me gusta toda la comida, como como un animal, soy muy vasco, para mí es un placer inmenso. El ramen ahora mismo se ha convertido en mi plato estrella. La sopa en sí era mi plato estrella, pero cuando descubrí el ramen aluciné. Todos los días tengo ganas de comer ramen.

Un referente

Bowie, Madonna desde la infancia, Lorca, Janis Joplin, hay mucha gente que me fascina… Mi madre es un referente, mi tía Clara, amigos que admiro y que veo lo que están viviendo y cómo se enfrentan a la vida. La gente de a pie también me enseña mucho, los trabajadores que están luchando ahora mismo para comer, para mí también son un gran referente.