El reloj de diamantes más pequeño del mundo

En lo que concierne a las maquinarias, en muchos casos se trata de verdaderos trabajos de ingeniería, como el que mostramos a continuación. Viene de la mano de Jaeger-LeCoultre y se trata del reloj de diamantes más pequeño del mundo, el Jaeger-LeCoultre 101. Se han presentado dos modelos que siguen las directrices de la casa suiza, representar la elegancia y el lujo junto con las mejores prestaciones.

Por un lado, encontramos el 101 Snowdrop , tallado en oro rosa y que consta de 904 diamantes de los cuáles 700 son de talla brillante y los 204 restantes con forma de pera. Un diseño que alberga más de 100 horas de trabajo para colocarlos siguiendo la silueta de una delicada flor y otras 30 para integrar la maquinaria.

Por otro está el 101 Bangle que también está realizado en oro rosa y que toma como referencia las corrientes Art Déco del siglo XX. Posee 1000 diamantes engastados de forma que crean un efecto tridimensional cuyas formas sinuosas le aportan un acabado ultra sofisticado y que además presentan otro detalle: carece de cierre y en su lugar integra un acabado que recuerda al de los pétalos de una flor.

Pero si algo llama la atención de estos diseños es su movimiento mecánico, el más pequeño del mundo cuya creación se remonta a casi un siglo atrás, a 1929. Con el paso del tiempo, aunque se han incorporado mejoras, los detalles clave como las dimensiones, el peso y las formas siguen intactos. Este calibre consta de 98 piezas, apenas pesa un gramo y mide 14 milímetros con un grosor de 3,4 milímetros. Cuenta también con un volante que oscila a 21.600 alternancias por hora y un muelle que suministra una reserva de marcha de 33 horas.

Dicho calibre adopta una estructura de dos niveles donde el escape está colocado en un plano, el cañón y engranajes en otro, mientras que el muelle está armado por una corona plana en la base de la caja. Sin duda su montaje supone todo un desafío debido a su diminuto tamaño, pues cada uno debe fabricarse a medida haciéndolos únicos. ¿El resultado? Solo se fabrica un número muy limitado al año, lo que lo convierten en una pieza muy valorada.