Tiempo de Chelseas: cómo llevar y cómo no este botín que nunca pasa de moda

No nos engañemos: es muy complicado tener un armario masculino completo sin al menos un par de zapatos que estén a la altura. Pero, dicho esto, también es totalmente comprensible que no te guste este tipo de calzado por el motivo que sea. Simplemente, puede que te veas mejor con botas. Pasa mucho más a menudo de lo que parece, y más en los tiempos que corren, donde lo “formal”, en cuestión de estilo, está un poquito arrinconado.

Pero, si los zapatos no son lo tuyo, lo que no puedes hacer es vivir permanentemente con tus pies metidos en unas zapatillas todo el año. Están genial, son muy cómodas y prácticas, hay un diseño para cada día y contexto del año, pero en ocasiones toca subir el nivel y ahí las deportivas tienen que dar el relevo, como poco, a un par de botas Chelsea , protagonistas de esta pieza.

En origen, las chelsea boots se conocían como “botas de paddock” en referencia al mundo hípico , de las carreras de caballos, donde se pusieron de moda a mediados del siglo XIX. Eran cómodas y resistentes, dos características que siguen manteniendo vigentes en la actualidad. Sin embargo, tardaron más de un siglo en dar el salto al 'street style'.

Fue en los años 60 y en el distrito londinense de Chelsea, lugar 'cool' por excelencia en la época, cuna del movimiento ‘mod’, donde encontramos el germen de la relación de las botas con el armario masculino. De hecho, deben su nombre a dicho barrio de la capital de la británica, donde sus jóvenes las convirtieron en el calzado por excelencia de su estilo.

Y es aquí, en Londres, donde las 'chelsea boots' encuentran el escaparate móvil que las catapultó a la fama, hasta convertirlas en un calzado clásico, que jamás pasa de moda, y que siempre es un acierto incluso cuando no son tendencia. Ese escaparate móvil fueron Los Beatles , que demostraron lo bien que funcionaban con trajes de corte sesentero y setentero como alternativa a los zapatos.

Desde entonces, las botas chelsea, entonces con un tacón pronunciado, mantienen vivo ese punto rockero de su origen —también las lució a menudo Bob Dylan, entre muchas otras estrellas masculinas de la música, y en los 70 las incorporaron a su armario los cantantes de R&B también—; no en vano, siguen siendo las favoritas de iconos de estilo que trabajan en la música como Harry Styles, a nivel global, o Leiva , en España.

Si hay un calzado de hombre que prácticamente se puede llevar con todo tipo de prendas y en todo tipo de estilos, esas son las botas chelsea. Salvo con prendas deportivas (muy deportivas, tipo chándal de algodón), no se nos ocurren líneas rojas para estas botas.

Como decíamos antes, ya Los Beatles demostraron las virtudes de un par de chelsea boots con traje y camisa , y solo tienes que ver a los citados Leiva y Harry Styles para comprobar que la combinación sigue siendo infalible en pleno 2023. Es verdad, eso sí, que tienes que verte con ella: no vale cualquier tipo de traje. Ayudan los pantalones acampanados o los cortes slim fit , algo que se puede extrapolar a estilismos más relajados. Y es que con vaqueros muy holgados las botas chelsea de estética clásica no brillan especialmente. No es que queden mal, pero no es la mejor forma de exprimirlas.

En cambio, con unos jeans cuyos bajos sean más bien ajustados o, como alternativa, si te gustan, acampanados, este tipo de calzado se encuentra como pez en el agua. Especialmente en colores marrones o tierra , aunque también en la gama de grises y en negro . Este último se suele reservar para los diseños en cuero liso y brillante, mientras que las marrones y beis se pueden encontrar también a menudo en ante. Es cuestión de gusto personal.

Además, en este último empujón que las botas chelsea han recibido por parte de los creadores de moda masculina, han proliferado los modelos híbridos . Pierden su estética tradicional, en la caña, que se alarga y afina más, y especialmente en la suela.

En este sentido, desaparece la suela rígida con su característico tacón y su punta marcada, y proliferan los diseños tipo track, con suelas de goma con plataforma , que generalmente se completan con una punta más redondeada, menos agresiva estéticamente.

Estas últimas tienen un aspecto más informal quizá, pero en la actualidad tampoco son una opción prohibida para llevarlas con traje. Eso sí, quizá mejor cuando renunciamos a la camisa y la corbata; por ejemplo, como las llevó Juan Beancourt en los últimos premios Summum . Entonces, el modelo de origen cubano eligió un par de chelseas con suela track en color negro para acompañar un traje beis con jersey de cuello alto.

Este look nos sirve también para demostrar que tampoco hay recomendaciones muy marcadas en lo que se refiere a la combinación de colores. Tradicionalmente, se insistía mucho en mantener la misma línea cromática entre las botas chelsea y los pantalones o el traje, pero esta es otra frontera derribada. Es más importante que te preocupes por llevar impoluto tu par de botas chelsea que hacerlo por la combinación de colores o de prendas. Vamos, que más fácil no lo puedes tener si no te gustan los zapatos: las botas chelsea te lo ponen en bandeja…