La magia detrás de la creación de una camisa

Como consecuencia de esta vorágine, se pierde la conciencia del proceso de producción que se esconde detrás de nuestra vestimenta. ¿Has pensado las horas de trabajo que han hecho falta para realizar los pantalones que llevas? ¿Y los metros de tejido necesarios para crear tu americana? Ya lo decía Coco Chanel, ‘la moda es arquitectura, es una cuestión de proporciones’, y es que cada prenda tiene una historia detrás que ya no solo hace referencia al diseño y las tendencias del momento, también a su confección.

En cualquier vestidor masculino que se precie nunca falta una camisa, y lo que probablemente resulte desconocido para todo el que la lleva es que su producción, si el diseño es de calidad, requiere más de 80 operaciones independientes . Así nos lo han contado los expertos de MIRTO cuando acudimos a visitar su fábrica en Madrid para conocer a fondo los entresijos que se esconden detrás de la creación del básico por excelencia.

Cada temporada sus colecciones son el reflejo de un amplio abanico de materiales con modelos que van desde los más elegantes hasta el casual pensado para la ciudad. Lejos de las grandes industrias donde apenas se presta atención al detalle, aquí nada queda al azar. El proceso de creación comienza como mínimo seis meses antes con la selección de los mejores tejidos y diseños de lujo procedentes de los más afamados fabricantes de distintos rincones del mundo que van desde Italia a Inglaterra o Egipto .

Una vez que llegan los tejidos a la fábrica , las personas encargadas (más de 170 personas componen el equipo del Grupo) las examinan minuciosamente para comprobar que la calidad es óptima y pasados estos requisitos comienza el trabajo propiamente dicho.

En primer lugar, los tejidos se tratan en la sala de corte , donde en largas mesas asistidas con carros automáticos se desenrollan cuidadosamente las piezas de tela, creando extendidos con múltiples capas -cada una corresponde a una camisa y talla- sobre las que se colocarán las laminas marcadas con las 18 piezas de los patrones a cortar por cada camisa .

Como curiosidad nos muestran que cuentan con una cabeza de corte automatizada destinada principalmente a cortar prototipos y camisas a medida cuyos patrones -entre los que se encuentra el del Rey Felipe o el de su padre el Rey Juan Carlos - se guardan informáticamente para poder cortar así con precisión las camisas más exclusivas. Nos explican además que, siguiendo su filosofía de aprovechamiento de los recursos, con el material sobrante de tejido tratan de seguir una economía circular, utilizándolo para confeccionar bolsas para la ropa, pañuelos de bolsillo y otros accesorios .

Posteriormente las telas se casan manualmente para igualar las rayas o los cuadros de las camisas en todas sus tallas y colores y se pasan a la sala de confección, donde se unirán las diferentes piezas en una combinación de operaciones manuales artesanas y, en otras, con la ayuda de la maquinaria más puntera.

Tras esto y con las piezas de la camisa ya ensambladas, cada prenda se revisa minuciosamente para controlar que no haya defectos o taras en el tejido o la confección -hay hasta tres fases diferentes en las que se chequean- y seguidamente se pasan a la sala de planchado . Finalmente se empaquetan y almacenan para su posterior distribución en sus más de 500 puntos de venta en clientes multimarca seleccionados y grandes almacenes.