El éxito de los zuecos que han llegado hasta Buckingham Palace

Para no ser inexactos, habría que empezar puntualizando un detalle: de moda están todos los zuecos. Si bien es cierto que los Crocs, icónicos diseños de goma con agujeros en su superficie clásica —ahora hay diseños que varían la estética original—, tienen mucha culpa y mucha cuota de protagonismo en la citada tendencia. La anécdota de David Hockney en Buckingham Palace no es más que la punta del iceberg.

Fundada hace casi 20 años por un grupo de amigos durante un viaje por el Caribe, los zuecos del logo del cocodrilo son famosos en todo el mundo. Y lo fueron en tiempo récord, porque la fama no es reciente. Primero, se posicionaron como el calzado perfecto para profesiones que implican muchas horas de pie y exigen altas dosis de confort para los pies. Es el caso de médicos, peluqueros y también de navegantes, target este último al que se dirigían en origen las Crocs. Después las popularizó entre los jóvenes Frank Cuesta, el herpetólogo que se adentraba en la selva tailandesa como si fuera a jugar un partido de tenis contra Rafa Nadal, y finalmente se convirtieron también en una alternativa a las chanclas de playa, sobre todo para los niños, por aquello de que sujetan más el pie al caminar.

Pero no ha sido hasta hace bien poco, no más de un lustro, cuando la dimensión de los Crocs ha cambiado de manera sobresaliente, sino radical. Y es que han dejado de ser un calzado antiestético, casi propio de provocadores de estilo, un poco como el llevar sandalias con calcetines, a ser una opción de “modernos”, iconos de estilo urbano entre los jóvenes como Bad Bunny o Justin Bieber , valida incluso para combinar con el traje.

Esto no lo decimos por el ejemplo de Hockney. El suyo no es un caso aislado. Hay más: por ejemplo, las dos ocasiones, una de ellas desde casa, en las que el actor Nicholas Braun, famoso por ser el “primo Greg” en ‘Sucession’ , los lució así, con sendos trajes, en los Emmys.

Fue en el 2016 cuando ocurrió el punto de inflexión que ha llevado a las Crocs a la cima del calzado dentro de la moda masculina. Entonces, la firma vistió los pies de los modelos para el desfile de la colección de primera verano de Christopher Kane . Lo consiguieron en tiempo récord porque la petición llegó sin apenas margen de error, y aquello gustó tanto que no escapó a los ojos del diseñador Demma Gvasalia .

El director creativo de Balenciaga , un adelantado a su tiempo, precursor de la introducción de la moda deportiva en la pasarela y de la entrada de las firmas de lujo en el sector del calzado deportivo, presentó su versión del zueco de moda —con plataforma— en la Semana de la Moda de París del 2018. Lo más difícil para Crocs ya estaba hecho: al indudable carisma de la estética de sus zuecos le añadieron imagen de marca, ya nadie dudaba de que podían ser mucho más que un calzado irónico y divertida.

Solo quedaba aprovechar que el viento soplaba a su favor. En un contexto propicio, con el calzado ‘ugly’ como gran tendencia durante varias temporadas primero y luego el zueco poniéndose de moda después de mucho tiempo, era cuestión de tiempo que los diseños de Crocs emergieran como los favoritos de la nueva generación joven de iconos de estilo masculino.

Lo sorprendente no ha sido que los citados Bad Bunny, Justin Bieber y compañía diseñen y luzcan sus zuecos de goma, lo llamativo es que ha conseguido calar esa vinculación con la ropa más formal y lujosa tejida hace unos años sobre la pasarela. Y con el empujón que le han dado hombres populares que han visto en las Crocs una oportunidad de subirse al tren de aquellos que desafían a los códigos de estilo tradicionales, los zuecos del cocodrilo se han convertido en el calzado del momento. Tanto que en el mercado de segunda mano, alimentado por la fiebre ‘sneakerhead’, se están poniendo a un nivel de ventas próximo al de firmas top en este segmento como Yeezy.

La suerte está echada. Solo tienes que decidir si quieres salir a jugar con tus Crocs, y si te marcas un ‘all in’ combinándolos con alguno de tus trajes. ¿Te atreves?