Las víctimas de conductores ebrios piden más penas: «No son atropellos, son asesinatos»
Familiares de fallecidos presentan 700.000 firmas en el Congreso para pedir la reforma del Código Penal
«Un conductor que cuadriplicaba la tasa de alcohol se llevó por delante a mi niña»
Familiares de víctimas de atropellos, este martes, frente al Congreso
El 6 de julio de 2021 la vida de David y Rocío se paralizó. Eran aproximadamente las ocho de la tarde cuando Rocío volvía a casa, en el municipio almeriense de Roquetas de Mar, con su pequeña Leire, de cinco años. Se disponían a cruzar ... por un paso de peatones, pero un conductor que cuadriplicaba la tasa permitida de alcoholemia no dejó que la niña regresara a su hogar, la atropelló y arrolló ante los ojos de su madre, que además estaba embarazada. «Su madre lo vio todo. Cuando llegué yo encontré a mi hija rodeada de un charco de sangre», relata a ABC David López, padre de la criatura.
El conductor, explica este padre, continúa en libertad. En el test de alcoholemia dio 0,98 cuando el máximo permitido es de 0,25. «Cuando bajó del coche iba con un cubata en la mano», critica el progenitor de Leire. De momento solo hay fecha para el juicio, el próximo mes.
La pequeña Leire, que murió arrollada por un conductor ebrio
Durante este tiempo, en ningún momento se ha dirigido a ellos para pedirles perdón o mostrar algún tipo de arrepentimiento. Sí para intentar librarse de la cárcel. «Su abogado habló con el nuestro y nos ofreció 70.000 euros. Dijo que si no lo aceptábamos le íbamos a destrozar la vida. Nosotros a él. Él sí que nos ha destrozado la vida a nosotros», lamenta David. «Mi hijo nunca podrá conocer a su hermana Leire», sentencia.
Campaña de firmas
A la semana del atropello, David y Rocío iniciaron una campaña en la plataforma Change.org para recoger firmas con un propósito: lograr que se modifique el Código Penal para que las penas para aquellos conductores que conducen de manera temeraria o bajo los efectos del alcohol o las drogas sean mayores que las actuales.Este martes, junto a otras nueve familias que han pasado por lo mismo, han presentado en el Congreso de los diputados una iniciativa legislativa popular respaldada por 700.000 firmas. «Nos han dicho que lo estudiarán y que van a hacer todo lo que puedan», ha celebrado David a la salida de la Cámara Baja, tras mantener un encuentro con varios diputados.
Como la de Leire, otras familias pidieron ayer justicia por las tragedias vividas. Eran algo más de las 21.30 horas del 14 de marzo de 2021 cuando Marco (o Marquitos como todos le llamaban), de 15 años, salió de su casa en Cádiz para comprar chucherías y llevarlas a casa antes de que se decretara el toque de queda, aún vigente en ese momento. Salió en su moto y no volvió. Tras siete días en el hospital, murió como consecuencia del golpe que sufrió por parte de una conductora ebria que, a día de hoy, sigue sin haber sido condenada. «No fue un atropello, fue un asesinato», ha clamado este martes su tío, Diego Jiménez.
En este caso, explican los familiares, la conductora se saltó una señal de stop y en un giro se llevó por delante al joven. Tres horas y media más tarde —pues según esta familia la conductora intentó en un primer momento que su cuñado, que no había bebido, asegurara que llevaba él el coche— dio 0,47 en la prueba de alcoholemia. A día de hoy, lamentan, todavía no hay fecha para el juicio.
A dos años y ocho meses de cárcel condenaron al hombre que provocó la muerte de Ana Herrera, de 37 años. Tenía una hija de 2 años «que no conoce a su madre», lamenta la hermana de la víctima, Laura Herrera. «De los dos años y ocho meses cumplirá solo ocho y además en un régimen que no consideramos que sea justo», critica. Ana murió cuando el otro vehículo invadió su carril, a las nueve de la noche del 13 de junio de 2018, en un tramo recto e iluminado. Cuando le hicieron la prueba de alcoholemia, expone esta mujer, triplicaba la tasa permitida y mostraba señales de haberse dormido. Más tarde, en la declaración, reconoció que bajó las ventanillas porque se estaba durmiendo. «No nos ha pedido perdón nunca ni ha mostrado signos de arrepentimiento. Se excusa en que se quedó dormido y que le puede pasar a cualquiera. Efectivamente le puede pasar a cualquiera, pero si has bebido y te montas en un coche aumentan las posibilidades de que eso te pase», dice.
«Víctimas de segunda»
Los familiares ayer presentes en las puertas del Congreso reclaman que se modifique el artículo 142 del Código Penal para que este tipo de casos dejen de considerarse homicidio imprudente y pasen a ser delito doloso. «Son dolosos porque existe dolo desde el momento en el que un conductor coge el coche borracho o drogado y atropella a una persona», exclamó ayer Ismael Martín, hermano de Pablo Jesús, un ciclista que murió atropellado por un conductor que estaba bajo los efectos del alcohol y de las drogas y se dio a la fuga.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
«Pedimos que se reconozca la violencia vial. Las víctimas no están reconocidas como tal, no tenemos ningún apoyo ni ninguna ayuda. Somos víctimas de segunda», lanzó por su parte Laura Herrera, que aseguró que lo que pretenden es que nadie más pase por lo que han pasado ellos: «A nuestros familiares no nos los va a devolver nadie. Estamos luchando para que nadie más pase por esto».