Un tribunal francés condena a 20 años de cárcel al cirujano que violó a cerca de 300 niños

Su caso se descubrió hace años. La policía descubrió en sus ordenadores personales millares de fotografías pedofilas y documentos escritos. Le Scouarnec gustaba de «reconstruir» sus historias contando todos los antecedentes y la evolución de sus contactos con las víctimas, regodeándose con una ferocidad inquietante en los «detalles» de sus ominosas prácticas sexuales.

Le Scouarnec ya fue condenado por vez primera, el 2020, a quince años de cárcel, por agresiones y violaciones contra cuatro menores. Pero presentó un recurso y consiguió ser liberado con antelación. Todavía tiene pendiente un tercer proceso por agresiones sexuales en otras 312 víctimas, en curso de instrucción.

Durante el proceso que concluyó a primera hora de la tarde del miércoles, el antiguo cirujano parisino, instalado en varias provincias, desde hace años, confesó y reconoció todos los delitos de los que ha sido acusado, con una suerte de cinismo indiferente al sufrimiento de sus víctimas, menores en su inmenso mayoría.

Con esos antecedentes, las víctimas presentes en el Tribunal de Vannes reaccionaron con la más amarga tristeza.

Amélie Lévêque, víctima del pedófilo, declaró al conocer la sentencia: «Estoy hyper decepcionada. Tengo la impresión de haber estado luchando durante más de seis años, para nada. El pedófilo criminal podrá salir a la calle, de nuevo, y pasearse por las calles, como si no hubiese ocurrido nada, volver a su vida »normal« como si no hubiese ocurrido nada».

Para Lévêque el «fallo trágico» de la sentencia a veinte años de cárcel es la reducción del «periodo de seguridad», que impide poner en libertad a ningún condenado, gracias a la liberalidad del sistema penal. Veinte años de cárcel, en firme, obligan a su cumplimiento. Si se reduce o elimina el periodo de seguridad el condenando puede beneficiarse de la legislación vigente para quedar en libertad mucho antes.

Solène Podevin Favre, presidenta de la asociación «Face à l'inceste» también reaccionó con amargura ante la condena del cirujano pedófilo: «La noticia es recibida con estupor. A mi alrededor, al escuchar la sentencia, todo han sido silencios, llantos y gemidos de protesta contra la vergüenza de la sentencia».

Más allá de los veinte años de cárcel, las víctimas y sus abogados esperaban que la sentencia estudiase, en firme, la posibilidad de encerrar al médico pedófilo en un centro especializado para criminales de su calaña. La sentencia no contempla tal posibilidad, dejando un margen de duda que inquieta a las víctimas y sus familiares.

Francesca Satta, abogada de varias víctimas, declaró la tarde del miércoles: «Temíamos algo parecido, pero no nos atrevimos a decirlo en voz alta. Veinte años de cárcel nos parece poco, a la luz de los crímenes, agresiones, violaciones cometidas contra 299 menores. Es urgente que la legislación cambie, adaptada a las nuevas realidades de una criminalidad atroz».

Más allá del aspecto judicial del proceso y la sentencia, otras dimensiones han tenido una importancia feroz en la sentencia final…

A lo largo del proceso, el cirujano pedófilo reconoció y dio muchas «explicaciones» espantosas sobre su comportamiento… Para una gran mayoría de analistas, testigos y víctimas, ese reconocimiento agrava el caso, con dimensiones inquietantes.

A la luz de la sentencia, varios abogados y muchas víctimas estiman que, finalmente, las confesiones más perversas han tenido un efecto «positivo» para el cirujano pedófilo, que ha podido beneficiarse de una «relativa indulgencia» por parte de un Tribunal que no ha deseado contemplar el caso desde una óptica más «humana» en su perversidad.

Joël Le Scouarnec ya fue condenado a quince años de cárcel el 2020 por delitos muy semejantes. Y todavía deberá afrontar un nuevo caso por delitos de la misma índole, en curso de instrucción..