Las trabajadoras sexuales se concentran frente al Congreso y exigen la dimisión de Irene Montero

«Pedimos su dimisión porque si Irene Montero puede mantener relaciones sexuales con quien le dé la gana, ¿quién es ella para prohibirme a mí como adulta y trabajadora sexual acostarme con quien quiera y cobrar? Es un trabajo como cualquier otro», reclama Raquel, trabajadora sexual, en conversación con ABC.

«No somos criminales», «no queremos que nos salvéis», han gritado durante la concentración, encabezada por una pancarta en la que se podía leer: «Queremos ser escuchadas en la Comisión. Trabajo Sexual es trabajo». La abolición de la prostitución, lamentaron, las llevará a la clandestinidad, dejándolas «en manos de las mafias».

En esta línea, han defendido que son más las mujeres que se dedican al trabajo sexual de forma voluntaria que las que «están explotadas». Para acabar con este tipo de situaciones han reclamado derechos laborales.

Además, los asistentes -entre 300 y 400 personas, según la organización- han entregado 350 cartas en el Congreso, una para cada diputado. «Yo soy trabajadora sexual y al igual que ustedes, señores diputados, trabajo para que mi familia y yo misma podamos optar a lo mejor en diferentes aspectos. Soy una de tantas que dejó su trabajo, vocación y despacho propio por este otro empleo que felizmente desempeño desde hace siete años», se podía leer en la que tenía como destinatario al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.