El robo de un ordenador en la sede del obispado suma una nueva incógnita al caso del cardenal 'desaparecido' en Panamá

Los medios panameños recogían a última hora de la tarde del miércoles (hora local) la llamativa operación policial que funcionarios de criminalística del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y la Policía Nacional en las las instalaciones de la diócesis de David, situado a unos 400 km. al oeste de la capital panameña, donde reside el cardenal Lacunza.

Si en un primer momento la interpretación era que la intervención podría tener que ver con la desaparición de Lacunza la pasada semana, más tarde la Policía confirmó que la intervención estaba relacionada con la denuncia presentada por el obispado después de que «varios sujetos desconocidos» hubieran entrado en las instalaciones y sustraído algunos objetos. Según especificó más tarde la Policía, los objetos robados sólo serían un iPad y un ordenador portátil, de uso personal del cardenal.

Así, tras una amplio despliegue por la zona, la Policía logró localizar a un hombre, que respondía a la descripción facilitada por los testigos robo y que llevaba un iPad, por lo que ha sido detenido y ha puesto a disposición judicial. Sin embargo, se desconoce el destino del ordenador desaparecido, aunque al parecer el detenido no habría efectuado el robo en solitario.

Ya antes, varias fuentes habían confirmado extraoficialmente que entre los objetos sustraídos se encuentra el ordenador, aunque no hablaron de la tableta. En las imágenes facilitadas por la cadena televisiva Telemetro se podía observar como el cardenal Lacunza, vestido con un chándal azul, mantenía una conversación con las autoridades policiales en el jardín exterior del obispado. Es toda la información de que se dispone de un caso que suma más incógnitas sin respuesta cuanto más avanza, lo que da pábulo a todo tipo de especulaciones.

En ese sentido, las autoridades panameñas no parecen dispuestas a esclarecer la situación. Este lunes el procurador general del Ministerio Público (equivalente en España al Fiscal General), Javier Enrique Caraballo, explicaba, a preguntas de los periodistas que «el trato que siempre se le ha dado [al cardenal Lacunza] ha sido el de una víctima, o posible víctima, de una conducta delictiva», por lo que «a pesar de que sabemos que la ciudadanía está ávida en conocer nosotros debemos respetar la intimidad y los derechos de la víctima». «Nosotros tenemos que respetar los derechos de la víctima y vamos a hacerlo», insistía Caraballo a la repregunta de los periodistas, lo que sumaba una nueva incógnita al caso: si realmente es víctima, ¿cuál era entonces el delito que habían cometido contra él?

Tampoco la diócesis de David ha hecho público ningún comunicado sobre la cuestión. De hecho, en su cuenta oficial de X, la última publicación es un 'reposteo' del 1 de febrero de una petición de oración por la «pronta aparición del cardenal José Luis Lacunza». Ni tan siquiera recoge que el cardenal fue encontrado «desorientado», aunque en «buenas» condiciones de salud, unas horas más tarde. Ahora, el caso del robo del ordenador se suma a todas las dudas que envuelven a la situación, con la incógnita, mientras no haya una explicación oficial, de si está relacionado con aquellas 48 horas en blanco del cardenal Lacunza.