Así queda regulado el uso de las mascarillas en España tras el fin de la obligatoriedad en el transporte público

Pero el real decreto, al que ha tenido acceso ABC, deja aún pequeñas sorpresas:

El uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio en los centros y servicios sanitarios, en las farmacias y los botiquines. Ya sean trabajadores o pacientes. Tendrán que llevarla todas las personas que acudan a un establecimiento sanitario a partir de los seis años de edad. Solo se eximirá a los pacientes ingresados en un hospital, aunque solo mientras estén dentro de su habitación.

El real decreto deja fuera a las tiendas de ortopedia, las ópticas o centros de audiometría a dónde hasta ahora sí era obligatorio

Se mantiene la misma situación que hasta ahora: los residentes no tienen que llevarla, pero sí las personas que trabajen en los centros sociosanitarios, así como las visitas cuando estén en contacto con los residentes o en zonas compartidas.

A partir de los 6 años de edad todas las personas están obligadas a cumplir el real decreto. Pero la obligatoriedad de la mascarilla, tanto en hospitales como en los centros sanitarios admite excepciones. No se exigirá en las personas que tengan dificultad respiratoria o presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización, como sucedía antes.

El nuevo texto legal mantiene el derecho de las empresas a exigirle a sus trabajadores el uso de mascarilla. Aunque en el entorno laboral, con carácter general, no resultará preceptivo el uso de mascarillas, una empresa tendrá la potestad de pedirla. «Los responsables en materia de prevención de riesgos laborales, de acuerdo con la correspondiente evaluación de riesgos del puesto de trabajo, podrán determinar las medidas preventivas adecuadas que deban implantarse en el lugar de trabajo o en determinados espacios de los centros de trabajo, incluido el posible uso de mascarillas», se explica en el real decreto.

El Ministerio de Sanidad apela a la responsabilidad individual, y a usar la mascarilla siempre que se tenga sintomatología compatible con infecciones respiratorias, sea o no Covid. No obliga, pero recomienda a todas las personas con síntomas catarrales o más vulnerables ante el nuevo coronavirus que mantengan el uso de mascarilla «en cualquier situación en la que se tenga contacto prolongado con personas a distancia menor de 1,5 metros».

También aconseja un uso responsable en los espacios cerrados de uso público como puede ser un supermercado o unos grandes almacenes y en eventos multitudinarios como conciertos.

El Gobierno toma la decisión en un momento dulce de la pandemia, con una buena situación epidemiológica. «Ahora está peor la gripe que el Covid», reconoce Alfonso Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Pública e Higiene. ¿Pero era el mejor momento con el resto de infecciones respiratorias en pleno apogeo? Ortí apela a la responsabilidad individual. «Quiero pensar que estos años de pandemia no han sido en balde y los ciudadanos han adquirido la costumbre de utilizar la mascarilla cuando aparecen síntomas, como medida para proteger a los demás. No entro en si hay o no motivaciones electorales para dar buenas noticias. No hubiera sido prudente hacerlo en Navidades, pero ahora un mes más tarde, sí creo que es un buen momento porque no ha habido una nueva ola pandémica tras las fiestas. Si no la habido entonces, es difícil que la haya ahora», explica.

La catedrática en Inmunología África González también apoya «los pasos hacia la normalidad», pese a ser una época de alta intensidad de virus respiratorios. Otra inmunóloga, Carmen Cámara coincide: «La retirada es una decisión política, pero fundamentada en datos científicos en esta ocasión. No creo que el uso de la mascarilla tenga que ser regulada por decreto. Prefiero que todos hagamos un uso responsable de ellas».

El especialista en gripe, Raúl Ortiz de Lejarazu, no cree que sea el mejor momento para retirarla. Pero, desde su punto de vista, no porque sea mejor esperar a la primavera, con menos infecciones respiratorias. "Tenía que haberse hecho antes, las mascarillas no pueden ser obligatorias igual que no lo son las vacunas ni ninguna intervención médica o preventiva salvo en caso de suma gravedad. A fuerza de obligar cuando se retira la obligación la gente cree que se prohíben. El siguiente paso deben ser farmacias y el resto. Cada momento de la pandemia tiene su afán", asegura.

Para el catedrático de bioquímica José María Bautista sí es prematura su retirada. «En pleno invierno no es el mejor momento para decidirlo. Creo que se ha perdido la oportunidad de explicar que no solo el Covid sino muchas infecciones, sobre todo respiratorias, se transmiten mediante aerosoles. Yo voy a seguir usando mascarillas en el transporte público. No sabes quién te puede estornudar al lado con un virus transmisible o es inmune y lo está esparciendo. Las posibilidades de resfriarse -como mínimo- aumentan en estas circunstancias», señala.

De la misma opinión es el químico de la Universidad de Colorado, José Luis Jiménez. Durante la pandemia fue uno de los primeros científicos que demostró la transmisión aérea del virus que causa la Covid, incluso cuando la Organización Mundial de la Salud no la reconocía. «Me parece una mala medida la eliminación de la obligatoriedad ahora que hemos aprendido que los virus respiratorios se contagian por el aire. La mascarilla es un filtro que sirve para evitar que los infectados exhalen virus al aire, y que los demás se infecten al respirar esos virus. Yo creo que se debería esperar a la primavera cuando la incidencia de virus respiratorios disminuye», explica a ABC.

Cree que hemos perdido una oportunidad para educar sobre el uso de mascarillas: enseñar que solo las tipo FFP2 o 3 bien ajustadas protegen bien y la necesidad de usarlas para proteger a los demás.