El PP defenderá cambios en el modelo de examen en una EBAU común pese a no existir un bachillerato único

Alberto Núñez Feijóo anunció ayer durante un acto en León que su partido ya está trabajando para «presentar un sistema común» que empezaría a desarrollarse en esas regiones pero que los populares pretenden extender a toda España. «Planteamos al resto que se sumen», trasladan fuentes de Génova. En este sentido, Feijóo planteó que pondrán ese plan «a disposición del ministerio» para hacer viable ese nexo común en un sistema descentralizado.

El despliegue de esta propuesta no es sencillo porque el currículum de bachillerato lo decretan las autonomías en un 40%, que escala al 50% en las comunidades bilingües. En el PP son conscientes de que este planteamiento es solo un primer paso. Y que por el momento solo declara una firme voluntad política, pero que precisa de un aterrizaje. Desde el PP explican que llevan muchos años defendiendo una EBAU única en el conjunto de España, pero que ante la negativa del Gobierno a estudiar esta cuestión, el PP pretende aplicarlo «sobre el 70% de los estudiantes que residen en autonomías donde gobierna el PP». En la práctica, lo anunciado ayer es, por el momento, la creación de un grupo de trabajo que tiene encomendada la elaboración de una propuesta de prueba común para el año 2025.

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En Génova explican que evidentemente se trata de un plan parcial. «Hasta que no lleguemos al Gobierno no podremos derogar la LOMLOE», inciden. El plan no será por tanto de máximos ni se centrará en proyectar cuestiones que están fuera del ámbito competencial de las autonomías. Apuntan por ejemplo en el PP a que se puede «unificar un criterio de fechas». Pero también algunos aspectos de los currículos y el modelo de examen en la parte que depende de la comunidad autónoma, ya que recuerdan que algunas comunidades puntuan distinto algunas asignaturas porque en algunos lugares son optativas y en otros obligatorias.

El objetivo es proyectar «la idea del modelo educativo que implantaría el PP si llega al Gobierno». Asumiendo que la propuesta es solo un primer paso en la realidad del modelo educativo, pero toda una declaración de intenciones desde una perspectiva política: «Vamos a limar todo aquello que pueda conducir a una mayor convergencia. Dentro de nuestras competencias vamos a trabajar por los máximos criterios comunes en todo el territorio».

Si la disparidad curricular y la descentralización competencial generan dificultades a la hora de implantar un modelo único, la realidad de que el sistema universitario sí tenga una dimensión unitaria empuja a favor de la armonización. «Al mismo esfuerzo en el mismo país, las mismas oportunidades. Vamos a dar este paso en favor de la igualdad y la excelencia. Este sistema común marcará un antes y un después», dijo ayer Feijóo, que junto al pesidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y la vicesecretaría de Educación y Sanidad del PP, Ester Muñoz, insistió en la idea de que «no tiene sentido tener 17 pruebas de acceso a un mismo sistema universitario».

Desde el Gobierno criticaron la «frivolidad» de la propuesta del PP. Fuentes del Ministerio de Educación recuerdan que «abandonaron los grupos de trabajo y la prueba piloto de la nueva selectividad se realizó el año pasado y que debe entrar en vigor el año que viene». Según el Gobierno, con este plan se pasa de impulsar una propuesta única en toda España a «fomentar la división y las desigualdades». En el PP, por contra, ponen de relieve que de lo que se trata es de «desde el autonomismo hacer más España». Incidiendo en que se trata de utilizar las competencias autonómicas para armonizar y no para disgregar.

Entre el modelo ideal y su carácter plausible discurrirá este debate. Las críticas al plan no alcanzan al fondo de la cuestión, sino a la forma o a la condición de posibilidad sin otros cambios previos y más profundos. En este sentido, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) planteó ayer que una EBAU única en el conjunto del país «es imposible» porque en España no hay un bachillerato único. «En estos momentos una prueba única es imposible porque no tenemos un bachillerato único en todas las comunidades», aseguró la presidenta de CRUE y rectora de la Universitat Jaume I (UJI), Eva Alcón. Añadió la presidenta de los rectores que por el momento no tienen encima de la mesa ningún avance del plan del PP. Desde la Confederación de Padres y Madres de Alumnos (COFAPA) creen que sería «ideal que hubiese unos contenidos mínimos mucho más comunes» pero ven «prácticamente imposible, poderlo llevar a cabo». Desde la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), según recoge Europa Press, señalan que «la medida es buena pero no vemos claro que se ponga en práctica», además de criticar que se haga parcialmente porque debería hacerse en las 17 comunidades para no generar «diferencias y discriminaciones».

La elección de León para realizar este anuncio no es casual. No por ser la ciudad natal de su recién nombrada «autoridad nacional» en la materia, como la definió ayer Feijóo, ni por ser la ciudad en la que se educó durante su infancia el presidente del PP. Sino porque el PP ha encontrado en los resultados del informe PISA, que sitúan a Castilla y León a la vanguardia en materia educativa, una baza para sustentar su modelo educativo. «Si la preocupación del presidente del Gobierno por la Educación de nuestros hijos le dura más de lo que dura un mitin del PSOE, puede fijarse en las propuestas del Partido Popular», dijo ayer Feijóo.

Aprovechó el acto para reivindicar la libertad de las familias para elegir la educación de sus hijos. Algo que estimó crucial en el caso de la educación especial. Y para descalificar un modelo más centrado en la «ingeniera social» que en la excelencia: «La igualdad de oportunidades no puede estar enfrentada con el mérito y el esfuerzo».

Tras los cambios en la cúpula de Génova, con una vicesecretaría específica para Educación y Sanidad, Feijóo quiso reforzar el principio de la igualdad en el acceso a los servicios públicos básicos como uno de sus ejes para confrontar con un Gobierno totalmente hipotecado por sus pactos con los partidos independentistas en País Vasco y Cataluña. Los malos resultados del informe PISA abrieron al PP una vía para acelerar sus trabajos en esta materia. Más si cabe cuando en ese informe, además de Castilla y León, aparece en muy buena condición la Comunidad de Madrid, Galicia o la Región de Murcia. Tradicionalmente gobernadas por el PP, algo de lo que ayer presumió el presidente nacional del partido.

En la víspera de este anuncio, Feijóo y Muñoz se reunieron en Génova con los consejeros de todos los gobiernos autonómicos. El diagnóstico de los populares es que se parte de una legislación «en fase terminal» y que fue elaborada «sin consenso». En un contexto político en el que los puentes entre el Gobierno y la oposición están más deteriorados que nunca, desde el PP aseguran que estarían dispuestos a abordar una reforma «integral» del sistema, pero siempre que se haga con diálogo con las comunidades autónomas. Para el PP es condición imprescindible superar un modelo que «generaliza el aprobado» y unos cambios curriculares sin consenso. El PP considera fundamental, entre otras medidas, extender los planes de refuerzo específico con una dotación presupuestaria suficiente.