La población de Grecia podría reducirse en una cuarta parte para 2050
En los últimos trece años se han producido 500.000 muertes más que nacimientos en el país
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Corresponsal en Atenas
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Iniciar sesiónGrecia se enfrenta a un desafío silencioso pero devastador que amenaza su futuro económico, social y territorial: un colapso demográfico sin precedentes. Mientras el país intenta recuperar estabilidad tras una década de crisis financiera y economía intervenida, un nuevo fenómeno avanza sin freno. La ... combinación de una tasa desplomada de natalidad, la emigración masiva de jóvenes altamente cualificados y el envejecimiento acelerado de la población están transformando vertiginosamente el mapa humano del país.
Las previsiones son alarmantes: según los expertos, para 2050 la población de Grecia podría reducirse en una cuarta parte si no se aplican a tiempo medidas capaces de frenar la tendencia actual. Vyron Kotzamanis, director del Instituto de Investigaciones y Estudios Demográficos, explica a ABC que la actual imagen demográfica del país está profundamente influida por la súper concentración de la población en una parte extremadamente reducida del territorio: en 2021, el 50% de la población vivía en apenas el 2% de la superficie del país, el 80% se concentraba en 277 de los 1.036 municipios, y el mismo porcentaje residía en solo 710 de los 12.500 asentamientos habitados. Este fenómeno, señala, es consecuencia del modelo de desarrollo de la posguerra y de la ausencia de una estrategia nacional de desarrollo regional.
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A ello se suma el aumento de la esperanza de vida, la disminución del número de hijos por pareja, el retraso en la edad de la maternidad y la reducción de la población en edad reproductiva. Según Kotzamanis, la combinación de todos estos factores ha causado desde 2010 la inversión del crecimiento natural, registrándose entre 2011 y 2024, 500.000 muertes más que nacimientos. «En Grecia, el porcentaje de mujeres sin hijos en las generaciones nacidas después de 1980 es de los más altos de la UE, mientras que el número de hijos que tienen las generaciones más jóvenes es extremadamente bajo (menos de 1,5 hijos por mujer), lejos del 2,1 necesario para mantener estable la población», subraya el experto.
La población griega está envejeciendo de forma acelerada. En 1971 había 980.000 personas mayores de 65 años (el 11% de la población); en la actualidad son 2,45 millones (el 23,5% del total). Los mayores de 85 también se han multiplicado: de 70.000 en 1917 (un 0,07% de la población) han pasado en la actualidad a más de 400.000 (3,8%). «Grecia es —y seguirá siendo en las próximas décadas— uno de los países más envejecidos de la UE, tanto por el porcentaje de los mayores de 65 como por la edad media y mediana», afirma.
Fuga de cerebros
El éxodo juvenil agrava aún más la crisis. Un estudio reciente publicado por el Instituto de Investigaciones y Estudios Demográficos y la Universidad de Tesalia atribuye esta fuga de cerebros no solo a razones económicas, sino también a la escasez de oportunidades laborales dignas, la precariedad generalizada y la falta de meritocracia en Grecia. El informe destaca, además, el acceso a la vivienda como un obstáculo crucial para los jóvenes, que se ven obligados a permanecer en el hogar familiar hasta bien entrada la treintena.
El colapso demográfico de Grecia tiene un reflejo inmediato en el sistema educativo, donde cada año cierran colegios por falta de alumnos, principalmente en los centros de Educación Infantil y Primaria, donde la reducción de matrículas ha ido creciendo en los últimos años.
Según datos del Ministerio de Educación, desde 2018 hay más de 110.000 alumnos menos en la educación primaria. Este curso escolar han cerrado sus puertas más de 700 centros escolares en toda Grecia, la mayoría colegios de primaria. Además, por primera vez, el impacto no afecta únicamente a pequeñas islas o pueblos montañosos, sino que en la región del Ática han cerrado 77 escuelas por falta de alumnado. La Autoridad Estadística Helénica confirma que el impacto de la baja natalidad también se siente en la Secundaria, donde los efectos comienzan a ser visibles en numerosos centros.
Los expertos advierten que si esta tendencia se mantienen y la natalidad continua al ritmo actual, para 2035 habrán desaparecido 430.000 estudiantes, es decir, un tercio de los alumnos escolarizados en la actualidad.
Medidas gubernamentales
Ante la crítica situación demográfica, el pasado mes de septiembre el ejecutivo de Kyriakos Mitsotakis anunció la concesión de 1.600 millones de euros en exenciones fiscales, dirigidas especialmente a las familias numerosas y que entrarán en vigor en enero. El objetivo prioritario es apoyar a los hogares con hijos: «Debemos comprender lo que significa criar hijos hoy en día, especialmente a muchos niños», explicó Mitsotakis durante una conferencia celebrada en noviembre.
Las medidas de la nueva reforma fiscal incluyen la eliminación del IRPF para las familias con cuatro o más hijos y una reducción de dos puntos por cada hijo adicional. También contemplan la supresión del IBI en los municipios con menos de 1.500 habitantes, la reducción del IVA en las islas con poblaciones de hasta 20.000 habitantes y la creación de un cheque bebé de 2400 € por cada nacimiento. Además de estas exenciones, también se han concedido incentivos fiscales a aquellos jubilados que quieran seguir trabajando sin recortar sus pensiones; más de 200.000 de ellos siguen activos en el mercado laboral manteniendo sus derechos.
Kotzamani advierte de que hay que tener en cuenta que las medidas que se tomen no revertirán de inmediato las tendencias existentes y señala que no cambiarán radicalmente las condiciones existentes de inmediato, sino a largo plazo. También subraya que la experiencia internacional ha demostrado que «las políticas de subsidios tienen un alcance extremadamente limitado si no van acompañadas de medidas específicas y eficaces»
Según el experto, para revertir la tendencia negativa es necesario combinar políticas económicas con medidas estructurales, como reducir el coste económico, directo e indirecto, que supone tener y criar hijos, mejorar la conciliación familiar y laboral, resolver el problema de la vivienda en los centros urbanos mediante un amplio programa de alquiler social, reducir la tasa de desempleo y mejorar las relaciones laborales. Además, se debe incrementar los ingresos reales de los más jóvenes, eliminando la incertidumbre y la falta de confianza, y ofreciendo protección frente a riesgos futuros: «Cualquier intento de abordar la baja fertilidad en el país debe comenzar por mejorar radicalmente las condiciones de vida y las políticas laborales».
Por otro lado, la disminución de la población se concentra en los grupos de 0 a 19 y de 20 a 64 años, mientras que los mayores de 65 años aumentarán, alcanzando probablemente en 2060 los 3 millones frente a los 2,45 actuales. Para evitar la disminución de la población total, sería necesario, según el experto, un saldo migratorio muy positivo con más entradas que salidas en los próximos 35 años. Esto permitiría limitar el déficit de nacimientos respecto a las muertes, aumentando el número de mujeres en edad reproductiva, frenar el envejecimiento demográfico y evitar la disminución de la población en edad laboral (entre 20 y 64 años), que actualmente asciende a unos 4 millones y se espera que se reduzca significativamente si la migración es nula.
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