El «peligro» de acabar con el prospecto en papel de medicamentos: «Mucha gente de mi generación no sabe usar el digital»

Farmacéuticos, médicos, pacientes y organizaciones de consumidores han presentado un documento de consenso contra esta iniciativa. «Pondría en riesgo la salud de millones de personas», lamentó el presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Jesús Aguirre, que hizo hincapié en la «gran preocupación» que tienen por la directiva que prepara Europa. Aún no hay un texto definitivo, aseguró, pero el primer borrador establece que, durante cinco años desde la aprobación de la norma, convivirían el prospecto en papel y en versión digital para, pasado ese plazo, desaparecer el primero. La medida busca avanzar en la digitalización del sistema, pero también aduce criterios medioambientales.

El prospecto en papel, coinciden profesionales y pacientes, es fundamental para la «seguridad» de las personas que toman medicamentos. «Lo que buscamos es la seguridad clínica de los pacientes. Existe una brecha digital e indudablemente vamos hacia la transformación digital, pero también tenemos que dar tiempo suficiente para que los más polimedicados, que son los mayores, tengan acceso a la información directa a través del papel», defendió por su parte Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial. Por ello, instan a las autoridades a mantener ese prospecto en papel como «obligación legal». «Es un elemento clave para la seguridad del paciente», incidió Aguirre.

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Las personas más afectadas, dijeron los profesionales, serán los mayores, pero también los pacientes polimedicados, es decir, que por sus enfermedades tienen que tomar varios fármacos al día y aquellos que, bien por falta de conocimiento o de recursos, no pueden acceder a estas tecnologías.

«Es una barbaridad, un peligro», sostiene Pablo Neustadt. De hecho, recuerda cómo leer el prospecto le sirvió precisamente para que le cambiaran uno de los medicamentos que toma a diario, pues vio que, combinado con otro que también tiene indicado, podía derivar en problemas para su salud. «Es un tema muy serio porque se tienen que saber las contraindicaciones, los efectos secundarios, la interacción con otros medicamentos... sacar esa información es un peligro», rechaza este paciente.

No lo dice pensando solo en él, pues no le supondría un problema porque controla el mundo digital. Pero le vienen a la cabeza todas las personas de su edad o más mayores que no tienen los mismos conocimientos. «En mi generación hay muchísima gente que no controla las nuevas tecnologías. Yo las aprendí por mi trabajo, me manejo bien, pero cada vez que veo a una persona de mi edad me pregunto, si no ha aprendido estas cosas, cómo hará cuando continuamente te obligan a usarlas para por ejemplo conseguir cita en el médico o ahora con esto. El papel es muy importante», sentencia.

En esa línea se pronunció también el presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas, José Manuel Freire, que lamentó que a quien más afectará la medida será a las personas mayores, «que consumen más medicamentos y tienen más barreras digitales por cuestión de edad».

Por ello, el documento de consenso que además de los farmacéuticos respaldan la Organización Médica Colegial, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la Plataforma de Mayores y Pensionistas y la Plataforma de Organización de Pacientes, reclama el mantenimiento de ese prospecto en papel como obligación legal, la promoción de medidas inclusivas, el fomento de estudios de impacto, la protección a los colectivos vulnerables y el impulso de campañas educativas.

No se oponen al prospecto digital, pues creen que en determinados casos puede tener también sus ventajas, como para facilitar la lectura al poder agrandar las letras. Pero creen que el plazo establecido es «totalmente insuficiente» con la brecha digital que existe en España y que ambas versiones deberían poder convivir sin ningún tipo de problema.

La OCU realizó una encuesta en 2022 de la que extrajo que el 78 por ciento de los pacientes prefieren la información del fármaco en papel. Hay un 10 por ciento además que aseguran que es la información principal que consultan cuando un médico les receta un medicamento. Pero este porcentaje se eleva hasta el 88 por ciento cuando el consumo del fármaco es por iniciativa propia.