El Papa se reúne con Macron y pide a Europa medidas para regular la entrada de emigrantes
Propone que cada país garantice «entradas legales y regulares en la medida de sus posibilidades» para salir de la crisis migratoria
Pide al Mediterráneo que «vuelva a ser un laboratorio de paz en el actual mar de conflictos»
El Papa visita una de las periferias más peligrosas de Francia
Enviado Especial a Marsella (Francia)
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Iniciar sesiónEmmanuel Macron y el Papa Francisco se han reunido 32 minutos en el espectacular Palacio du Pharo de Marsella, en uno de sus bellísimos salones con vistas al puerto y decorado con motivos marítimos. A pesar de la cordialidad, en la agenda había ... dos temas espinosos, la crisis de migrantes y la ley de eutanasia que Macron presentará en las próximas semanas.
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No ha habido declaraciones inmediatas ni del Eliseo ni del Vaticano. Pero el Papa había avanzado unos minutos antes sus demandas durante la clausura de los 'Encuentros Mediterráneos MED23', ante 60 obispos de la región y en presencia de Macron, de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo y de Margarítis Schinás, vicepresidente de la Comisión Europea.
Allí ha avisado a Europa de que la «solución a la crisis migratoria no es rechazar sino garantizar un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa en el marco de la cooperación con los países de origen» y «en la medida de las posibilidades de cada uno». «La integración de emigrantes es difícil pero amplia de iras, porque el futuro, o es juntos, o no habrá futuro», ha avisado.
Alerta de «nacionalismos anacrónicos y beligerantes que quieren acabar con el sueño de la comunidad de naciones«
También el Papa ha pedido que los países del Mediterráneo «vuelvan a ser un laboratorio de paz en el actual mar de conflictos». El Pontífice ha dicho que le preocupa «la coyuntura actual, en la que nacionalismos anacrónicos y beligerantes quieren acabar con el sueño de la comunidad de naciones», y ha recordado que «con las armas se hace la guerra, no la paz, y con la ambición de poder se vuelve al pasado y no se construye el futuro». Su propuesta es cultivar «un pensamiento vital, abierto y conciliador: un pensamiento comunitario» para que «Europa sea un lugar donde países y realidades diferentes se encuentren sobre la base de la común humanidad que todos compartimos, y no de ideologías contrapuestas».
Con habilidad política, el presidente francés prefiere esperar a que el Papa se marche a Roma antes de presentar en el Parlamento su proyecto de ley sobre la eutanasia. Eso ha obligado al Pontífice a añadir una mención en su discurso público: «¿Quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una 'muerte dulce', pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?».
Omella: «Tenemos que dar una respuesta»
El presidente de los obispos españoles, el cardenal Juan José Omella, ha participado en este encuentro de obispos del Mediterráneo y ha acompañado al Papa en esta breve visita a Marsella. Según explicó a ABC, está convencido de que la crisis migratoria «es una oportunidad para interrogarnos sobre qué estamos haciendo como sociedad, como iglesia y como políticos».
«Pienso que la crisis migratoria nos llama a revisar toda nuestra sociedad y toda nuestra manera de pensar y de ser, porque somos muy insolidarios y a menudo caemos en la globalización de la indiferencia. Tenemos que volver a ser más atentos».
Reivindicó que «la Iglesia española está comprometida con los emigrantes» pues «en las grandes ciudades todas las parroquias tienen un comedor, un lugar para acoger, tenemos hospitales de campaña establecidos y hemos preparado corredores humanitarios. Estamos trabajando, pero hay que hacer mucho más».
Preguntado sobre si el Gobierno hace su parte en la cuestión de los corredores humanitarios, el presidente de los obispos ha respondido que «cuanto más trabajemos conjuntamente las confesiones religiosas, las administraciones y toda la sociedad, mejor nos irá. Se trata de trabajar más conjuntamente».
También está en Marsella con el Papa, Antonio Gómez, obispo de Almería, quien ha explicado que «en lo que llevamos de año hemos recibido en la zona de Almería unos 3.500 refugiados náufragos». Asegura que el desafío es «que podamos recibir a la gente con los brazos abiertos y darles una vida digna porque nadie huye de su pueblo o de su casa si no es por necesidad».
Los 'Encuentros Mediterráneos MED23' han reunido desde el miércoles unos 50 obispos y 60 jóvenes de las cinco orillas de este mar. España ha enviado como dos representantes a dos jóvenes profesionales de Barcelona.
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«En estos días hemos constatado que trabajando con personas de diferentes religiones se llega a todas las comunidades culturales. Si conseguimos trabajar juntos, podremos construir grandes cosas», ha explicado Laura, que trabaja en la acogida de estudiantes internacionales en la Universidad Internacional de Cataluña, en Barcelona. «Presentaremos al Papa nuestra preocupación por la situación actual, por la falta de humanidad y la indiferencia ante los dramas. Lo haremos con esperanza y con nuestro compromiso de cambiarlo», añade María, que se ocupa de diseñar y producir museos.
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