El Papa sale en defensa de las mujeres en el país con más violaciones del mundo
Se calcula que 2 de cada 3 mujeres en Papúa Nueva Guinea han sufrido una agresión sexual
«Papúa Nueva Guinea no interesa a nadie, por eso a estas personas les ha conmovido tanto que el Papa piense en ellos»

El Papa Francisco ha dedicado su primer discurso en Papúa Nueva Guinea a la violencia contra las mujeres, una de las tragedias escondidas y no tan escondidas de este país. Algunos calculan que aquí, dos de cada tres mujeres han sido violadas.
En su ... saludo oficial, el gobernador general Bob Bofend Dadae había dicho que desea «que se reconozca el papel de la mujer y dar voz a su necesidad de ser protegida». «Nos complace decir que la Iglesia católica ha sido muy activa en su compromiso contra la violencia y la violación de los derechos humanos de las víctimas en el país. Reconocemos también la atención física y espiritual que la Iglesia sigue ofreciendo a quienes han sido ultrajados, ignorados o rechazados por sus familias y comunidades», ha añadido.
«Usted ha mencionado a las mujeres», ha respondido el Papa Francisco al gobernador general del país, saliéndose del discurso que llevaba preparado. «Ellas son las que sacan adelante el país, ellas tienen la fuerza de dar la vida, de construir y hacer crecer un país. No olvidemos a las mujeres, que están en primera línea del desarrollo humano y espiritual», ha añadido Francisco evocando este drama y suscitando muchos aplausos.
Ha sido durante un discurso a toda la nación, al que han acudido políticos, embajadores y representantes de la sociedad civil.
No existen datos oficiales actualizados, pero un estudio realizado en 2016 por Médicos Sin Fronteras concluyó que la primera experiencia sexual de 1 de cada 5 mujeres en Papúa había sido una violación. Una religiosa que trabaja en el país ha confirmado a ABC que es un drama extendido pero difícil de cuantificar. Ella menciona también casos de incesto y de maltrato a la esposa y a los hijos por abuso de alcohol. «Creo que por eso es difícil ver a niños sonrientes», confiesa.
Una guerra olvidada y violencia tribal
El Papa ha pedido una respuesta «definitiva» para evitar un nuevo conflicto en Bouganville, escenario de una de las tragedias ignoradas por Occidente. Se trata de la mayor isla del archipiélago de las Salomón, quiere independizarse de Papúa y actualmente goza de una autonomía especial.
Un levantamiento popular en 1988 provocó una «guerra civil» de más de diez en la que fallecieron unas 20.000 personas. «Pueblos enteros fueron quemados, también las iglesias. La gente tuvo que escapar a las montañas, hasta que se firmó la paz en 2001», explica a ABC Dariusz Kałuża, obispo de Bouganville, que lleva décadas en la isla. Como parte de los acuerdos de paz, en 2019 se celebró un referéndum de independencia no vinculante, pero más del 97% votó a favor. El gobierno de Papúa Nueva Guinea se ha empeñado en responder antes de 2027. «Nadie sabe cómo va a acabar, ni si va a acabar. Esperemos no tener que atravesar en el futuro una crisis como la anterior», añade Kałuża. Por eso el Pontífice ha pedido que se dé una respuesta «definitiva» para evitar «el resurgimiento de antiguas tensiones».
El Papa también ha mencionado la violencia que en este país enfrenta a cientos clanes en estado de guerra casi permanente. «Hago votos, en particular, por el cese de las agresiones tribales, que desgraciadamente causan muchas víctimas, no permiten vivir en paz y obstaculizan el desarrollo», ha dicho. «Apelo al sentido de responsabilidad de todos para que se detenga la espiral de violencia y se emprenda decididamente el camino que conduce a una cooperación fructífera, en beneficio de todos los habitantes del país», ha añadido, sin mencionar que Papúa Nueva Guinea es el país más peligroso del mundo.
Expolio de recursos
El Papa también ha denunciado en su discurso el expolio de los recursos naturales en este país, que tiene minas de oro, cobre y níquel, y yacimientos de petróleo y gas. «Estos bienes están destinados por Dios a toda la colectividad», ha repetido el Papa dos veces. «A toda la colectividad», ha insistido. «Y aunque para su explotación sea necesario recurrir a competencias más amplias y a grandes empresas internacionales, es justo que se tenga debidamente en cuenta en la distribución de los ingresos y la utilización de la mano de obra las necesidades de las poblaciones locales, de manera que se produzca una mejora efectiva de sus condiciones de vida», ha añadido.
Se refería también a la eliminación de residuos y vertidos, que han empobrecido y condicionado el entorno de las minas explotadas, como ocurrió con las minas de la isla de Bounganville, abandonadas en 1989 a causa de la guerra.
En este país con deficiente infraestructura sanitaria y educativa, y bajas oportunidades de trabajo, el Papa piensa que hace falta movilizar las fuerzas espirituales en las que se apoye a largo plazo la construcción del tejido social. Por eso, ha solicitado una «tregua del alma», pues «el ser humano, además de lo indispensable para vivir, necesita tener una gran esperanza en el corazón, que lo ayude a vivir bien, le dé el gusto y la fortaleza para acometer proyectos de amplio alcance y le permita elevar la mirada hacia lo alto y hacia horizontes más extensos». Se trata de no reducir la religión a «ritos y preceptos», sino que la relación con Dios «pueda convertirse en cultura vivida, inspirando las mentes y las acciones, transformándose en un faro de luz que ilumine el trayecto».
En la puerta del edificio en el que ha tenido lugar el encuentro, ha recibido a Francisco un grupo de bailarinas y bailarines en trajes tradicionales. Minutos después, un grupo de niños y niñas han tocado con violines y tambores melodías del país y le han hecho sonreír con una versión del himno argentino con ritmos de Melanesia.
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