Los médicos prohíben al Papa rezar mañana el ángelus para no comprometer la recuperación

La idea de los médicos es asegurar que “la malla protésica implantada y la reparación muscular cicatricen de forma óptima”. “Le hemos pedido este sacrificio, una medida de prudencia, y él la ha aceptado”, ha explicado en una inédita comparecencia Sergio Alfieri, el cirujano que le ha operado.

Alfieri ha asegurado que no sólo el “el esfuerzo de levantarse y sentarse pone en tensión los músculos abdominales, de la zona operada”; sino que “una persona de 86 años que ha sido operado hace tres días puede caminar, pero no regresar a su oficina a trabajar, mucho menos si es ante millones de personas”.

El Papa Francisco es un paciente rebelde, pero, bromeaba el doctor, “con la edad se ha hecho más sabio” y en esta ocasión ha obedecido el consejo de los doctores. Según el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, “el Papa rezará la oración del ángelus en privado, uniéndose espiritualmente, con afecto y gratitud, a los fieles que deseen acompañarle, allí donde se encuentren;.

Los médicos le han solicitado además que siga en el hospital al menos otros siete días “para asegurar que regresa a casa en la mejor de las condiciones, pues en Santa Marta no se va a quedar ante la televisión, sino que se va a poner a trabajar”. “La decisión es sólo suya, son sugerencias”, ha aclarado Alfieri.

Según el boletín médico publicado esta mañana, el Papa ni tiene ni ha tenido fiebre, se le han retirado los goteros y ha comenzado a seguir una dieta semilíquida. Además, “los análisis de sangre postoperatorios y la radiografía de tórax han mostrado que el resultado es bueno”.

El doctor Alfieri lo ha comentado ante la prensa y ha aportado otros detalles. Ha dicho que el Papa “no tiene mucho dolor, y por eso sigue una terapia suave a base de paracetamol, para ayudarle a respirar más cómodamente”; que “Francisco no tiene problemas cardiacos, ni los ha tenido; y no ha tenido ni isquemias ni infartos”; y ha aclarado que la operación “no fue realizada de urgencia, pero no se podía retrasar”. Además, ha explicado que la hernia encarcelada se produjo a raíz de una operación de vesícula que se remonta a 1980, cuando era sacerdote en Argentina.

El equipo médico que atiende al Pontífice insiste en que está muy satisfecho con el proceso de recuperación, que se está desarrollando de modo “regular y en la norma”. Ayer por la tarde retomó algunas cuestiones de trabajo, y recibió la Eucaristía.

Por otro lado, el Vaticano asegura que el Papa está “conmovido por los numerosos mensajes que sigue recibiendo en estas horas”, especialmente por los de niños actualmente hospitalizados.