El Papa dice que «quizá no fue afortunada» su mención a la Gran Rusia

Las palabras del Papa le provocaron hace una semana acusaciones de «imperialismo» y alzaron una inusitada ola de rechazoen Ucrania, pues propuso a los jóvenes el ejemplo de la «Gran Rusia de Pedro I, Catalina II, de aquel imperio, grande e ilustrado, un país de gran cultura y gran humanidad».

«Consideremos el contexto en el que las pronuncié, un diálogo con jóvenes rusos. Al final del encuentro les di este mensaje que repito a menudo: que se hagan cargo de su herencia. Lo digo en todas partes, que haya diálogo entre abuelos y nietos, que los nietos se hagan cargo de la herencia», explicó este lunes durante la rueda de prensa en el avión.

Luego, «como segundo paso, explicité esa herencia: hablé de la Gran Rusia, porque el legado ruso es muy bueno, muy hermoso. Piensen en la literatura, en la música, en Dostoievski que nos habla de un humanismo maduro», continuó.

«El tercer paso quizá no fue afortunado, pero al hablar de la gran Rusia en sentido no tanto geográfico, sino cultural, me acordé de lo que nos enseñaron en la escuela, de Pedro I, Catalina II, y surgió ese tercer aspecto, que tal vez no fue justo, no sé, que nos lo digan los historiadores, pero lo añadí porque me vino a la cabeza, pues lo había estudiado en la escuela», continuó.

«La cultura rusa es de una belleza, de una profundidad muy grande, y no debe borrarse por problemas políticos. Han tenido años oscuros —con la política—, pero la herencia siempre ha seguido disponible», añadió. El Papa insistió en que «no estaba pensando en el imperialismo cuando dije eso». «Me refería a cultura, y la transmisión de la cultura nunca es «imperial», nunca; siempre es un diálogo», zanjó.

Evidentemente, en su improvisación del pasado 25 de agosto, el Papa no cayó en la cuenta de que de sus 30 años de reinado, Pedro el Grande pasó 26 en guerra; y que Catalina II fue quien invadió y rusificó Crimea. Por eso mismo, sus palabras sentaron en Ucrania como un puñetazo.

Por ejemplo, Oleg Nikolenko, portavoz del Ministerio de Exteriores de Ucrania, dijo que las palabras del Papa eran una «verdadera vergüenza». Otra de las voces que se alzaron fue la de Sviatoslav Shevchuk, líder de la Iglesia católica greco-ucraniana. «Suponemos que el Papa pronunció espontáneamente estas palabras, sin la pretensión de hacer una valoración histórica, ni la intención de apoyar las ambiciones imperialistas de Rusia. No obstante, compartimos el gran dolor que suscitaron», reaccionó el líder religioso.

Precisamente, este miércoles Shevchuk y otros 45 obispos de la Iglesia greco católica ucraniana, se reunirán con el Papa para «exponerle personalmente las dudas y el dolor del pueblo ucraniano, confiando en su paternal preocupación por nuestro pueblo». Los obispos de Ucrania están manteniendo un sínodo o reunión plenaria en Roma para abordar la atención de las víctimas de la guerra. Es el segundo sínodo que organizan desde que comenzó la invasión el 24 de febrero de 2022.

Desde ese día, el Papa Francisco, que está en permanente contacto con Shevchuk, ha solicitado repetidamente oraciones por el «maltratado pueblo ucraniano» en cada audiencia general de los miércoles y ángelus de los domingos, y también en la mayoría de sus discursos públicos.