El Papa se despide de Baréin recordando «a todos los países que sufren en Oriente Medio»
La última cita del viaje del Pontífice ha sido un encuentro en la parroquia más antigua del Golfo Pérsico
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Iniciar sesiónEn su última intervención en Baréin, el Papa Francisco ha hecho un guiño «a todos los pueblos que sufren en Oriente Medio, especialmente al Líbano, tan cansado y probado». El Papa ha dicho que asegura su «cercanía y oración» a este país que atraviesa ... una nueva grave crisis institucional, tras el vacío de poder originado por el fin del mandato del presidente Michel Aoun y la imposibilidad del primer ministro interino Najib Mikati de formar un gobierno.
El Papa había llegado conmovido a su última cita de este viaje de cuatro días a Baréin, un encuentro en la parroquia más antigua del Golfo Pérsico, inaugurada el día de Navidad del 1939 y construida por los primeros migrantes que llegaron durante el boom del petróleo sobre terrenos regalados por el entonces emir. Allí Francisco se ha reunido con unas 500 personas, entre ellas 60 sacerdotes y religiosas y laicos empeñados en actividades de la Iglesia en la región, y les ha dejado un mensaje como legado de esta vista.
Se ocupan de atender a unos dos millones de católicos, la inmensa mayoría emigrantes de India, Filipinas, Sri Lanka y Líbano, en Kuwait, Qatar, Arabia Saudita y Baréin. «A veces trabajan en condiciones muy difíciles a causa de las restricciones en algunos países en materia de libertad religiosa, permisos de trabajo y de residencia«, le ha explicado públicamente el vicario apostólico Paul Hinder, cargo asimilable al de obispo de esta demarcación.
Sin embargo, el Papa les ha solicitado que «en la sociedad multirreligiosa y multicultural en la que vivimos, estemos siempre en favor del diálogo, seamos tejedores de comunión con los hermanos de otros credos y confesiones», como él mismo ha intentado en este viaje.
Además de las condiciones externas, la variedad de orígenes de los católicos provoca malentendidos y rivalidades en el trabajo diario de la Iglesia en este lugar. Algunas saltan a la vista.
El cartel de bienvenida estaba escrito en trece idiomas, en esta parroquia en la que se mezclaban esta mañana peregrinos procedentes de Sri Lanka, que tienen la costumbre de ir descalzos. El Papa les ha advertido que «las divisiones del mundo, y también las diferencias étnicas, culturales y rituales, no pueden dañar o comprometer la unidad» entre ellos.
«Esta es la fuerza de la comunidad cristiana, el primer testimonio que podemos dar al mundo. ¡Tratemos de ser custodios y constructores de unidad! Para ser creíbles en el diálogo con los demás, vivamos la fraternidad entre nosotros«, les ha pedido.
Como era su último discurso público, el Papa ha dado públicamente las gracias al rey Hamad bin Isa Al Jalifa «por la exquisita hospitalidad». Ya lo hizo ayer personalmente, cuando, con un gesto de gran simbolismo, el rey lo visitó en la residencia en la que se ha alojado.
El monarca también lo ha despedido en el aeropuerto de al Sakhir junto a varios miembros de la familia real, y lo saludó muy cordialmente antes de que entrara en la plataforma, hacia el avión que lo llevará de nuevo rumbo a Roma. El pontífice tiene previsto regresar a la Ciudad Eterna en torno a las cinco de la tarde de este domingo.
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