El Papa a jóvenes en Baréin: «No permitáis que diferencias de raza, cultura o religión se transformen en temor que aísla»
«Que no os pase que os convertís en 'turistas de la vida', que sólo la miran desde fuera, superficialmente»
«Amar no es una telenovela sino preocuparse por el otro, arriesgarse para hacer de la vida un regalo que genera vida»
Enviado especial a Manama (Baréin)
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Iniciar sesiónEl Papa Francisco ha visitado durante su última tarde en Baréin la única escuela católica del país, en la que se ha reunido con estudiantes, jóvenes cristianos y musulmanes. Muy sonriente, el Papa ha aplaudido sus canciones y bailes, y ha escuchado atentamente ... las historias de antiguos alumnos, como Abdulá Atiya un teniente de la Guardia Real, récord Guinness por correr un maratón completo con todo su equipamiento militar.
El Papa les dijo que no estaba allí «para enseñarles nada nuevo, sino para animarlos». Les habló del veneno de un «mundo cerrado y del individualismo», y les dijo que el antídoto es «hacerse cargo» de las personas, «cultivar la empatía, ser una presencia amable para superar la indiferencia».
«Sembrad fraternidad y cosecharéis futuro, porque el mundo sólo tendrá futuro en la fraternidad», les invitó. Se trata de cultivar relaciones auténticas «con todos, no sólo con quien me resulta simpático o con quien forma parte de mi grupo de intereses, creencias y costumbres».
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Enseñándoles a tener amplitud de horizontes, les compartió su preocupación «porque en muchas regiones las tensiones y las amenazas aumentan, y a veces los conflictos estallan porque no se trabaja el propio corazón, porque se permite que en las relaciones con los demás las distancias se agranden, y de este mismo modo las diferencias étnicas, culturales, religiosas y de otro tipo se convierten en problemas y temores que aíslan, y no en oportunidades para crecer juntos».
«Si no aprendemos a hacernos cargo de lo que nos rodea (de los demás, de la ciudad, de la sociedad, de la creación) terminamos pasando la vida como los que corren, se afanan, hacen muchas cosas, pero, al final, se quedan tristes y solos porque nunca han experimentado la alegría de la amistad y de la gratuidad», aseguró.
Según el Papa, para cuidar las relaciones, primero hay que «cuidar la propia alma y el propio corazón». «Intentad escucharlo en silencio, encontrar espacios para estar en contacto con vuestra interioridad, para sentir que sois un regalo, acoger vuestra propia existencia y no dejar que se os escape de las manos. Que no os pase que os convertís en «turistas de la vida», que sólo la miran desde fuera, superficialmente». El Papa les pidió que se interroguen sobre a qué esperan para «dejar una buena huella en el camino, preocupándonos por la comunidad, por los compañeros de clase, por los colegas de trabajo, por la creación».
«El amor no es una telenovela»
A jóvenes cristianos y musulmanes, les avisó que «el amor no es una telenovela ni una película romántica. Amar es preocuparse por el otro, cuidarlo, ofrecer el propio tiempo y los propios dones a quien lo necesita, arriesgarse para hacer de la vida un regalo que genera vida».
También les aconsejó que se atrevan a «tomar decisiones en la vida, elegir, involucrarse, arriesgarse, decidir». «Pero esto requiere una buena estrategia, no se puede improvisar viviendo sólo por instinto y al instante», les avisó. Naturalmente, además de aconsejarles la oración, les pidió que «busquen siempre, antes que las opiniones de internet, buenos consejeros en la vida, personas sabias y de confianza que os orienten. Pienso en vuestros padres y maestros, pero también en los ancianos, en los abuelos, y en un buen acompañante espiritual».
Los jóvenes rezaron con el Papa por los problemas de chicas y chicos de su edad como la droga, el tráfico de personas, las agresiones a través de internet o contextos de odio o violencia.
Después de tres días en Baréin, sorprendió el rostro descansado y emocionado del Papa durante el encuentro con los 1.215 jóvenes en este colegio nacido en la década de los 40 en las instalaciones de la entonces única iglesia católica en Baréin.
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