Noche de paz en Torre Pacheco tras la zozobra por la llamada a cacerías

El municipio murciano, blindado por antidisturbios, vive este martes su primera jornada sin altercados nocturnos en cinco días

La Guardia Civil impone la ley para evitar que los agitadores tomen Torre Pacheco

«Marruecos se despliega y, si no se le frena, arrasará con todo»

Fotogalería | La protesta no autorizada en Torre Pacheco, en imágenes

Miembros de la Guardia Civil en Torre Pacheco Ignacio Gil

Toni Jiménez

Enviado especial a Torre Pacheco (Murcia)

Al filo de las once de la noche la calle San Cayetano, epicentro de la violencia nocturna en Torre Pacheco desde hace cuatro días, está acordonada y prácticamente desierta. Nada que ver con las imágenes de la jornada anterior, cuando medio centenar de jóvenes ... marroquís protagonizaron altercados. El llamamiento a la calma de los imanes, a priori, ha surtido efecto y las mezquitas siguen cerradas por miedo a ataques. A la glorieta que da entrada al barrio de San Antonio –presidida por una tinaja que homenajea a un vinatero local- llega el octavo coche de la Guardia Civil a la improvisada 'base' del operativo.

Las luces de los vehículos delatan la ruta continua de las patrullas desplegadas por todo el municipio murciano. La vigilancia y los controles de acceso a la localidad han empezado mucho antes, a primera hora de la tarde. Mientras un dron ya sobrevuela la zona en la que reside gran parte de la población de origen extranjero, el dependiente de un kebab, con el local flanqueado por los coches de la Benemérita, sigue atendiendo las pocas comandas que recibe. «No tengo miedo, no he hecho nada a nadie. Tenemos que trabajar», indica a ABC.

A diferencia de los días anteriores, los curiosos que se acercan a ver el operativo se cuentan con los dedos de las manos. Tampoco se palpa esa agitación en los balcones de las fincas colindantes. El 'Paradise Dance', un pub nocturno, apenas tiene clientes esta noche y el volumen de la música es muy bajo, algo que aprovechan algunos periodistas para cargar sus dispositivos. Las baterías están agotadas tras una tarde marcada por la protesta no autorizada, menos numerosa de lo que se esperaba, llevada a cabo en el centro. Ante los medios, el alcalde de Torre Pacheco, Pedro Ángel Roca, da las gracias a los vecinos por «no sumarse» a lo que «no era una concentración legal».

«Agradezco a la gente que haya dejado de venir para que la cosa se normalice, podamos volver a hacer una vida normal y nos pongamos a ver si esa delincuencia que tenemos la podemos de alguna forma regularizar con la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», sostiene. De momento, los 135 efectivos -45 más- del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil han tenido un efecto disuasorio. El balance, dice Roca, es «positivo».

Tras el pinchazo de la protesta, todos los ojos miraban de nuevo a San Antonio, ante el llamamiento del movimiento xenófobo 'Deport Them Now' a realizar «patrullas vecinales para dar caza a los magrebíes delincuentes» a partir de este martes y hasta el jueves. Su líder fue detenido el lunes en Mataró (Barcelona) por un presunto delito de incitación al odio. Pero había un temor fundado a disturbios violentos como los ocurridos el viernes tras la manifestación en repulsa de la agresión a un anciano por parte de magrebíes que no residían en la localidad. El presunto autor material está en prisión provisional.

Abdelalí, dueño de una tienda de segunda mano en el barrio, se acerca al alcalde para comentarle que «los muchachos están relajados, no quieren conflictos ni agresividad». Repite lo mismo poco después a los agentes, que están «tranquilos pero preparados». Parece que la calma vencerá esta noche a la tensión y el contador de detenidos por los altercados se quedará en diez, a los que se suman las más de 120 identificaciones e incautaciones de elementos peligrosos realizadas durante las últimas jornadas.

Pasan ocho minutos de la una de la madrugada y el kebab ya está cerrado, pero la treintena de efectivos que esperan en esta zona no se han movido de su sitio. No hay cristales rotos por las calles ni bengalas iluminando el cielo. Tampoco encapuchados destrozando negocios ni cargas policiales. En Torre Pacheco este martes se escucha el sonido de las chicharras, con la esperanza de que este primer respiro en una espiral de violencia desenfrenada sea más que un punto y aparte.

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