Alta tecnología contra las «pellas»
Tornos y barreras electrónicas para frenar los novillos de los estudiantes en un instituto de Gerona
Á.C.J
Como la entrada del metro o la de un campo de fútbol. O como el acceso a una cárcel. Una iniciativa en el Instituto de Secundaria Narcís Xifra de Gerona ha llevado a colocar un sistema de tornos y barreras eléctronicas para controlar ... las «pellas» de sus 1.500 alumnos, quienes a partir de ahora tendrán que pasar a lectura una tajeta con código de barras para ir a clase. Progreso y tradición vuelven a enfrentarse esta vez en el ámbito educativo.
El control ejercido por las máquinas (instaladas con un coste aproximado de 12.000 euros) es tan sofisticado que su sistema informático podrá incluso enviar un mensaje de móvil a los padres del «pellero» en cuestión para informarles sobre la falta de su hijo.
Este medio de vigilancia también servirá para controlar las entradas y salidas del centro por parte de antiguos alumnos del IES que creían que podían acceder «como si nada», según ha explicado el director, Joaquim Bosch . Asimismo, el sistema se encargará de evitar que los alumnos de secundaria salgan del patio a la hora del colegio, pues dicho privilegio sólo corresponde a los alumnos de Bachillerato y Formación Profesional (FP).
Lista pública
Bosch ya tenía su particular sistema contra los novillos de sus estudiantes. Hasta ahora colgaba el la web del instituto la lista de alumnos que no habían asistido a clase.
El plan de este instituto ha tenido gran aceptación entre padres y profesores, quienes también tendrán que presentar, por cierto, la tarjeta de acceso junto con alumnos y personal del centro. El director prevé amortizar en mayor medida el sistema de control y someter bajo igual vigilancia la entrada al comedor, con el objetivo de saber el número exacto de menús.
Un nuevo elemento se impone así a los estudiantes en su vida cotidiana, junto al bolígrafo, el pase del autobús y el bocadillo; la tarjeta de acceso al conocimiento y a la comida. Que no se olviden de su código de barras, un descuido convertido en un futuro en perfecta excusa para no entrar en los exámenes.
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