Así se hundió el superyate del magnate británico según la reconstrucción de la Fiscalía

El yate, de 56 metros de eslora, se hundió primero verticalmente, por la popa, y luego se posó sobre su lado de estribor, a la derecha, a 60 metros de profundidad. El lado izquierdo, a babor, fue el último en ser invadido por el agua. Esta versión oficial de la investigación de la magistratura llega cinco días después del naufragio y ha sido expuesta en la rueda de prensa organizada este sábado por la Fiscalía.

«Fue un hecho repentino, imprevisto, y el velero fue golpeado por un torbellino. Había un tripulante de guardia en el puente cuando se produjo la tormenta. Ahora la investigación está encaminada a entender qué pasó exactamente«, dijo la magistrada. También precisó que »los ocupantes del barco habían desembarcado en Cefalú el día anterior. No lo hicieron en Porticello«.

«Probablemente los pasajeros estaban durmiendo y por eso permanecieron en la cabina. Todavía estamos investigando esto, basándonos en los relatos de los supervivientes», continuó Cammarano. «Los pasajeros muertos encontrados en la misma cabina izquierda no dormían todos allí«, destacó la magistrada. «No podemos confirmar si las escotillas estaban abiertas. No habrá declaraciones sobre lo que vieron los buzos, por el momento. Esta puede ser una información que debe ser confirmada mediante un segundo control. Los miembros de la tripulación no fueron sometidos a pruebas de alcohol o drogas. Estaban en gran shock y necesitaban tratamiento«, destacó la magistrada.

El fiscal jefe de Termini Imerese, Ambrogio Cartosio, afirmó que la Fiscalía «ha abierto una investigación contra desconocidos con la hipótesis de cargos de naufragio negligente y homicidio«, pero »también es posible que inscribamos -añadió- a los sospechosos en el registro antes de la recuperación del velero«.

Cartosio explicó que «es probable que se hayan cometido delitos de homicidio y naufragio culposo. Necesitamos establecer a quiénes son imputables estos delitos. Estamos estudiando y evaluando quiénes son los responsables de lo sucedido: Si el capitán, toda la tripulación o los constructores«. La tripulación, sin embargo, «no tiene que permanecer en Sicilia, no existe ninguna obligación legal. Los miembros deben dar la máxima disponibilidad para ser escuchados«, según el fiscal jefe.

El comandante, el neozelandés James Cutfield, tendrá que ser interrogado nuevamente. «Estamos evaluando las responsabilidades –destacó Ambrogio Cartosio–. Es probable que haya habido errores humanos. Debemos interrogar de nuevo al capitán y confiamos que espere el resultado de las investigaciones antes de abandonar Italia«, reiteró Cartosio, insistiendo que el capitán, el resto de la tripulación y todos los supervivientes son libres de abandonar el país.