La gastroenteritis canina: cómo tratarla y cuidar su dieta

La alimentación debe cambiar inmediatamente, y al mínimo síntoma de empeoramiento se debe acudir al veterinario

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Un veterinario examina un perro ABC

Carmen Aniorte

11/10/2023 a las 11:10h.

Un cambio en la dieta, un alimento en mal estado o el síndrome del perro aspirador —que se come cosas que no debe en sus salidas a pasear— pueden ser algunas de las causas más comunes de la gastroenteritis. Se trata de una ... inflamación del estómago y del intestino delgado causada por protozoarios, virus o bacterias nocivas.

Esta enfermedad produce diarrea y vómitos en los perros, que generalmente vienen acompañados de dolor abdominal, indigestión, inapetencia y en algunos casos mareos e incluso heces con sangre. Ante los primeros síntomas nuestro consejo es acudir al veterinario. También pueden ser causas concretas de gastroenteritis la ingesta de cuerpos extraños, sustancias tóxicas, plantas o medicamentos irritantes o bien a la acción de parásitos intestinales.

Cualquier perro es susceptible a sufrir gastroenteritis, no obstante, los cachorros, los perros de edad avanzada o aquellos que tengan por alguna razón sus defensas bajas son más propensos a padecerla.

He aquí un listado con los síntomas de gastroenteritis más frecuentes en perros:

Diarrea de heces blandas o, en algunos casos, completamente líquidas
Vómitos constantes espumosos o con bilis.
Esfuerzos por vomitar, especialmente después de comer y beber.
Malestar físico, con pérdida de apetito y sed.
Deshidratación, que puede notarse en las mucosas secas y por la piel, que no vuelve a su sitio.
Apatía y desgana. El animal tiene poca energía y no quiere realizar sus actividades corrientes.
Calambres abdominales, que pueden percibirse por quejidos de dolor o malestar.
Fiebre.

¿Cómo se trata?

La duración de la gastroenteritis en perros es de alrededor de los 2-3 días. Cabe destacar que la gastroenteritis en perros no es una patología mortal y que en algunos casos se contagia, por lo que es recomendable prestar especial atención a la higiene al manipular sus deposiciones y objetos. Si nuestro perro presenta vómitos (sin diarrea) le dejaremos a dieta entre 24 y 48 horas.

Si los vómitos desaparecen, podemos empezar a darle agua y alimento dietético en pequeñas dosis y repartidas a lo largo del día durante los cinco días siguientes. Si existe una única diarrea y el animal está «como si nada», le quitaremos la comida y controlaremos la ingestión de agua —permitiremos que el animal beba todo lo que necesita, pero pocas cantidades en muchas tomas—.

Si las diarreas son continuas o existen otros síntomas acompañándolas, como vómitos, decaimiento o fiebre; acudiremos de inmediato al veterinario. Mucho ojo y recuerde que nunca debe usted por su cuenta administrarle antibiótico o cualquier otro tipo de medicación sin antes pasar por la consulta del veterinario. Él es el que sabe lo que hay que administrarle y de esta manera evitar poner en riesgo la vida de su perro con una dosis equivocada o un medicamento no apto.

Objetivo: paliar los síntomas

Tras la prescripción y supervisión del veterinario, se recomienda que en las primeras 24 horas se retire su comida. Tras este plazo de tiempo, se puede reintroducir la alimentación poco a poco y en pequeñas cantidades, para no forzar su estómago.

Sin embargo, el agua no se le debe retirar nunca, porque es esencial que beba. Acercándole el bebedero, cambiándole el agua cada poco tiempo para incitarlo a beber, e incluso, si la rechaza, se puede introducir un poco de agua por la comisura de su boca, y sin forzarlo demasiado, con una jeringa sin aguja.

Finalmente, es aconsejable seguir una dieta blanda. No es recomendable que se alimente con su comida habitual. Lo mejor es que le ayude con una nutrición específica gastrointestinal, para conseguir una transición de éxito y no dañar su estómago.