Guerra a la jornada escolar intensiva: «Solo beneficia a los profesores»
La OCDE cree que volver al modelo de clases de mañana y tarde reduciría la tasa de abandono escolar
Especialistas en Nutrición afirman que la jornada intensiva «aumentan el riesgo de obesidad y sobrepeso» en los alumnos
Encuesta¿Qué tipo de jornada escolar prefieres: partida o continua?
La OCDE insta a España a quitar la jornada continua y pagar más a los docentes para luchar contra el abandono escolar temprano
Alumnos en un centro de Primaria de Pamplona
«No hay una sola familia que esté satisfecha. Está claro que tener a un alumno hasta las 15.00 horas sin comer en una aula va contra todo criterio pedagógico». El debate sobre el horario intensivo escolar (las clases se concentran en la ... mañana, sin pausa para comer, y los alumnos salen entre las 15.00 horas y 16.00 horas) se aviva con el inicio del curso escolar. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha propuesto acabar con la jornada continua o intensiva, generalizada en los institutos españoles desde los años noventa, e implantar la jornada partida en los centros educativos (clases mañana y tarde con una pausa para comer) como fórmula efectiva para reducir el abandono escolar prematuro en España –en 2023 la tasa era del 13,6%, lejos del 9,5% de la UE–.
Pedagogos y expertos en nutrición llevan años alertando sobre los riesgos del horario escolar continuo tanto para la salud como para el ritmo de aprendizaje de los alumnos. Coinciden en que el hecho de que los alumnos acaben comiendo tarde les afecta negativamente desde el punto de vista nutricional, y también merma su rendimiento académico. «Los alumnos desayunan demasiado temprano y no lo hacen como se debe. Comen poco y no dedican a esta comida tan importante ni el nivel de nutrientes ni el tiempo necesario. Después, comen muy tarde y demasiado porque llegan con hambre, lo cual tampoco es bueno. Todo se retrasa y eso afecta negativamente a su salud desde el punto de vista nutricional», advierte en declaraciones a ABC el catedrático emérito jubilado de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, Abel Mariné. El especialista subraya la importancia de que los alumnos, en fase de desarrollo, coman de forma ordenada para evitar futuros problemas de salud. «Está claro que comer en exceso en horas como la de la comida puede provocar problemas de sobrepeso u obesidad en un futuro», precisa Mariné.
Ahora, coincidiendo con la vuelta a las aulas las familias se suman al debate y advierten de que la propuesta de la OCDE puede ser un «arma de doble filo» si se aplica sin las infraestructuras necesarias. «Si no se crean comedores en los institutos los problemas de conciliación se agravarán», precisan a este diario desde la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa). Según los datos que maneja la ONG Educo, ocho de cada diez institutos (centros en los que está prácticamente generalizada la jornada intensiva o continua) carecen de comedor (un 83%). En el caso de Primaria, donde impera la jornada partida que proponen las autoridades europeas, solo un 15% de los centros carecen de este servicio.
Ahora, coincidiendo con la vuelta a las aulas las familias se suman al debate y advierten de que la propuesta de la OCDE puede ser un «arma de doble filo» si se aplica sin las infraestructuras necesarias. «Si no se crean comedores en los institutos los problemas de conciliación se agravarán», precisan a este diario desde la Confederación Española de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa). Según los datos que maneja la ONG Educo, ocho de cada diez institutos (centros en los que está prácticamente generalizada la jornada intensiva o continua) carecen de comedor (un 83%). En el caso de Primaria, donde impera la jornada partida que proponen las autoridades europeas, solo un 15% de los centros carecen de este servicio.
Estudios revelan los riesgos
Para Joan y Laura, padres de dos gemelos que este año se estrenan en un instituto público del Ensanche de Barcelona, su principal preocupación, aparte de un nivel educativo que consideran menguante, es de orden logístico, debido a la jornada compactada. «En Primaria, teníamos a los críos en el colegio hasta las 16.30 y con la comida principal del día resuelta. Ahora ya no», explican.
Se indignan con un profesorado que, dicen, «ha logrado unos horarios que solo les benefician a ellos», y con una administración «que implantó la compactada para ahorrarse costes». «No hay una sola familia que esté satisfecha con la jornada intensiva», dice a ABC la pareja, que a falta de una semana para el inicio de curso en esta comunidad confiesa que aún no saben cómo van a organizarse. 'Bravo por los profesores que a primera hora de la tarde ya pueden conciliar. A los que tenemos horarios normales nos toca hacer filigranas. Por no hablar de unos críos con un horario contrario a cualquier criterio pedagógico«, sentencian.
Cohesión Social e inserción laboral
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa) no descarta los beneficios de este nuevo sistema «siempre que se creen comedores en los institutos». «Si se instaura la jornada partida y no se crean comedores en secundaria el problema será aún mayor porque los alumnos que vienen de pequeñas poblaciones a un instituto de la zona no tendrían tiempo de ir a comer a sus casas y eso sí generaría un problema importante de conciliación», señala a ABC la presidenta de la Ceapa, María Capellán.
«No entramos a valorar si es mejor jornada intensiva o partida, hay informes que defienden cada una de las opciones. Lo único que decimos que si se instaura la que propone la OCDE debe hacerse con estructura para que no suponga un problema para las familias», añade Capellán.
Diversas investigaciones han apuntado en los últimos años los posibles riesgos en el alumnado de la jornada intensiva. Una de las más recientes, liderada por el sociólogo Daniel Gabaldón de la Universidad de Valencia, revela que este horario impacta negativamente en la salud y el bienestar del alumnado: descansa y come peor, hacen más deberes, dedican más tiempo a las pantallas y les obliga a madrugar en exceso. Según Gabaldón, la concentración horaria «aumenta el estrés» en el alumnado y «merma su salud». Igualmente, el hecho de que estos alumnos coman más tarde aumenta el riesgo de que sufran obesidad y sobrepeso.
Pese al esfuerzo de las autoridades educativas por revertir la situación, España sigue sufriendo una tasa de Abandono Escolar Temprano (AET) superior a la media europea , algo que, según advierten los expertos, repercute negativamente en la cohesión social de este alumnado y en las futuras probabilidades de inserción en el mercado laboral. La OCDE puso hace un año el tema sobre la mesa en su informe 'Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España'. Una de las propuestas que barajaba para disminuir el absentismo en las aulas era precisamente modificar el horario de clases para niños y adolescentes actual.
Consciente de que en los últimos años en nuestro país este problema se ha agravado, este verano la OCDE lanzó su propuesta de eliminar el horario intensivo para ir a uno partido, algo que hace tiempo se lleva a cabo en los colegios de algunas comunidades como Andalucía o Cataluña. La propuesta es avanzar hacia un modelo más flexible, similar al de países como Dinamarca y Portugal.
Según la OCDE, cada centro tendría en su mano la capacidad de adaptar su horario a las necesidades de su comunidad, brindando la posibilidad de integrar actividades extraescolares y proyectos educativos durante la jornada escolar, lo que facilitaría la llegada de estas actividades a familias con recursos más limitados. La idea no es sólo prolongar el tiempo de estudio, sino crear un entorno que permita un aprendizaje más dinámico y diverso, señala la OCDE en su propuesta.