Las contradicciones del Gobierno con la crisis de los pélets: sin nivel 2 de emergencia sí hubiera podido actuar

Sin embargo el requisito formal no existía. Según recoge el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina Accidental de Galicia (Camgal), en el nivel mínimo de emergencias –el decretado por la Xunta el 3 de enero, tan pronto el Gobierno le informó del origen de los pélets que estaban apareciendo en las playas– las distintas administraciones ya podían colaborar.

En el capítulo IV, en su apartado 3.2.1, donde se detallan las emergencias en nivel mínimo, se recoge que «por razones de operatividad en la respuesta, y en virtud de la colaboración interadministrativa entre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda urbana y la Xunta de Galicia en las materias de salvamento marítimo, lucha contra la contaminación marina y seguridad en el ámbito pesquero, podrán movilizarse medios no adscritos al Plan Camgal». Es decir, existía una cobertura legal a la incorporación de medios de titularidad estatal.

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De hecho, entre un nivel y otro la única diferencia relevante es, precisamente, la incorporación de más medios, dado que las principales acciones –desde cortar la fuente del derrame hasta contenerlo, toma de muestas o protección de los recursos ambientales– ya están en el estado mínimo. Así viene detallado en la página 42 del Camgal.

No es el único renuncio en el que está incurriendo el Gobierno para intentar imputar a la Xunta las consecuencias del vertido accidental de pélets procedentes del mercante 'Toconao'. Este miércoles, la ministra Teresa Ribera intentó salir al paso del hecho acreditado de que Portugal informó el 8 de diciembre casi en tiempo real a España del accidente del buque por el que perdió seis contenedores. Alegó que se trató de «un aviso de seguridad para la navegación», y no de una notificación ante un hipotético vertido de la carga.

El Gobierno había mantenido hasta el martes que la primera noticia de los pélets la había tenido el 13 de diciembre, cuando un particular se comunicó con el 112 para informar de la llegada de varios sacos a la playa. Y que su «investigación» sobre el origen del vertido fructificó el día 20, cuando identificó al 'Toconao', curiosamente el mismo día que los armadores reconocieron a las autoridades españolas que la carga podía ser suya.