Los colegios católicos publican su primera guía para la prevención de abusos sexuales a menores

El documento, elaborado por la patronal Escuelas Católicas tiene 2.000 centros en nuestro país

Gabilondo revelará qué diócesis no colaboran con la investigación sobre abusos a menores

Imagen de archivo ABC

La patronal de la concertada más grande de España, Escuelas Católicas, cuenta con 2.000 centros donde se educan 1,2 millones de alumnos. Solo estas cifras ponen de manifiesto la obligación de asumir un compromiso de lucha contra la lacra de los abusos sexuales ... en los centros educativos.

Por eso, presentaron ayer la primera «Guía para la prevención y reparación de abusos sexuales a menores en centros educativos». El documento, de casi 200 páginas reconoce que es imperioso «mirar de frente» y que ello implica, entre otras cuestiones, «escuchar la voz de las víctimas de abusos sexuales, de los casos presentes y de los pasados». Al contrario de los agresores, «en mayor medida si son docentes, sacerdotes, religiosos o figuras de cierto relieve, suelen contar con altavoces y medios para expresarse», mientras que «las víctimas suman a su condición el silenciamiento social, que les impide ser escuchadas con limpieza y sin prejuicios».

La guía fue presentada por Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas; Fernando García, inspector provincial de la Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor y monseñor Carlos Osoro, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. Todos coincidieron en la oportunidad de esta guía que se publica en un momento en el que la sensibilidad social y eclesial sobre los abusos sexuales a menores va en aumento. Sin embargo, este periódico ha pedido cifras y han remitido a los informes estadísticos que están haciendo, por un lado, el Defensor del Pueblo, por mandato del Congreso y, por otro, el bufete de abogados Cremades & Calvo Sotelo, encargado por la Conferencia Episcopal.

El documento elaborado el equipo de Escuelas Católicas señala que «la prevención de riesgos futuros es la base pedagógica, pastoral y jurídica de ese compromiso frente a los abusos y de la protección de los menores».

Prevención

Proporcionarle información a los alumnos

La guía dice que explicarles los factores de riesgo y cómo detectar casos así como enseñarles a confiar en un adulto y a no culpabilizarse en caso de ser objeto de abuso

Contar con una educación afectivo-sexual reglada

La educación afectivo-sexual debe formar para una valoración objetiva de la sexualidad humana, ayudando a distinguir la sexualidad sana de su utilización perversa

Plan de acción tutorial y formación de los educadores

Las tutorías deben promover el cuidado por la prevención de ambientes y espacios seguros. La formación es una tarea imprescindible que comprende tanto la prevención como la intervención frente a los abusos

Obligaciones legales de los centros

Incluye nombrar a un coordinador de bienestar, solicitar un certificado de antecedentes de abusos sexuales; elaborar protocolos de actuación y contar con los establecidos por las administraciones públicas

La guía dedica un capítulo a la importante tarea de la intervención. «Aunque la elaboración de los protocolos, y la información sobre los mismos, forma parte de la tarea preventiva, la aplicación de los mismos constituye en sí misma la fase de intervención, esto es, de actuaciones a realizar por la institución educativa, y específicamente por las personas designadas. Pero la intervención debe ser comprendida en modo amplio, extendiéndose a la revelación o detección del abuso sexual, que dará paso a las actuaciones de denuncia y protección, y a la comunicación institucional, tanto interna como externa», sostiene el documento.

Intervención

Actuación ante la sospecha o conocimiento del abuso

Corresponde a la dirección del centro, tras conocer la realidad del hecho y registrar lo sucedido, actuar con la mayor celeridad posible aplicando los protocolos en colaboración con servicios sociales, Policía, Guardia Civil, Fiscalía...

Obligaciones jurídicas tras la sospecha o conocimiento

Cumplimiento del deber de comunicar; prestar atención a la víctima; no interrogar a la víctima o al abusador; dar información a las autoridades; informar a los padres; prohibición del ejercicio ministerial y/o expulsión del instituto religioso en caso de que el abusador sea sacerdote y expediente disciplinario con suspensión de actividades con menores en caso de que sea profesor

Grupo de protección

Desde que se revela el hecho de que un alumno ha sufrido abusos sexuales, el menor debe sentirse protegido por lo que el orientador, en coordinación con el tutor, verificará qué compañeros son de mayor confianza para el mismo y así crear un grupo de protección

Intervención ante abusos sexuales en redes sociales

El Código Penal incluye las nuevas tecnologías como medio de cometer un delito de violencia sexual. La forma de actuar es igual que fuera del entorno virtual

Al proceso de sanación y reparación se le dedica el último capítulo de la guía. «Corresponde al orientador del centro y al tutor del menor, en trabajo conjunto con el coordinador de bienestar y protección, acompañar al menor que ha sido víctima de abusos, incorporando acciones que permitan la reparación y sanación de los daños sufridos», apunta la guía que recuerda que la Ley de garantía integral de la libertad sexual, promueve la creación de un servicio de atención especializada a los menores víctimas de violencia sexual, con asistencia psicológica, educativa y jurídica, por las administraciones públicas.

El vínculo sanador entre acompañante y víctima

Cuidar el lugar donde se realizan los encuentros; garantizar el buen trato y la actitud de servicio incondicional; hacer de la escucha el motor del acompañamiento y fijar límites claros

Pastoral para la sanación y el cuidado

En la misión evangelizadora de un centro con identidad católica, el proceso deberá afrontar la dimensión espiritual del menor que ha sido víctima, y del resto de la comunidad educativa. Es desde una pastoral de la sanación y el cuidado que podemos acompañar al menos en la reparación

El vínculo sanador entre acompañante y víctima

Cuidar el lugar donde se realizan los encuentros; garantizar el buen trato y la actitud de servicio incondicional; hacer de la escucha el motor del acompañamiento y fijar límites claros.

Sobre el victimario

Abusar de un menor es un delito y como tal debe ser tratado pero eso no excluye acompañar al victimario

Pedro Huerta destacó en la presentación la necesidad de un posicionamiento institucional: «Es triste y vergonzoso constatar que muchos han traicionado la confianza que la sociedad y las familias depositan en el centro», subrayó. Por eso, «es más que un deber, es nuestra misión ser entornos seguros, contribuir a la mejora del mundo y a acabar con la lacra social de los abusos sexuales a menores. No rehuyamos pedir perdón, no seamos piedra de escándalo para nadie», señaló en declaraciones recogidas en un comunicado de la patronal.

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