Varios cardenales desmienten que el Papa Francisco esté considerando la renuncia

«¿Qué ocurre si un pontífice queda repentinamente impedido por problemas de salud o accidente?», le preguntó este periódico en la entrevista del 18 de diciembre de 2022. «Yo ya he firmado mi renuncia», respondió sorprendentemente Francisco, dando una exclusiva mundial. «Tarcisio Bertone era el secretario de Estado. La firmé y le dije: 'En caso de impedimento por cuestiones médicas, o qué sé yo, acá está mi renuncia'». «Escribí esa carta por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para presentar la renuncia. Pero no significa que la renuncia de los papas deba convertirse en la norma», aclaró unos meses más tarde durante un encuentro a puerta cerrada con jesuitas.

No se conoce el texto de esa carta, pero cuando la escribió en 2013 no se refería a una convalecencia en el hospital por una neumonía sino a una «incapacidad permanente». El encargado de verificarla y anunciar el inicio de Sede Vacante es el Secretario de Estado, actualmente Pietro Parolin.

Nada indica que en estos momentos el Papa se esté planteando renunciar al pontificado. Al contrario. Desde que está en el Gemelli todos los días ha anunciado decisiones de gobierno, algunas de peso como el nombramiento de Raffaella Petrini como gobernadora de Ciudad del Vaticano, primera mujer en este cargo. Por otro lado, una regla no escrita del Vaticano es que 'en tiempos de crisis no se hacen las maletas', que significa que Francisco no tomaría esta decisión antes de conocer el impacto de la neumonía bilateral en su día a día.

A Francisco nunca le ha entusiasmado la idea de que los pontífices renuncien. Considera que ser Papa es «un ministerio para toda la vida, no veo la razón por la que no deba ser así», y que la decisión de Benedicto es una «excepción» que no puede convertirse en la norma. En cualquier caso, la posibilidad está prevista en el Código de Derecho Canónico desde 1983, que menciona que «si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente».

La cuestión parecía descartada hasta que el pasado jueves una radio italiana preguntó al cardenal Gianfranco Ravasi si «es algo que el Papa Francisco podría llegar a hacer». «Creo que puede hacerlo, porque es una persona bastante decidida», respondió el purpurado a RTL. «Si se encontrara en una situación en la que se viera comprometida completamente su capacidad de mantener un contacto directo con las personas, de poder comunicar de manera inmediata, incisiva y decisiva, no me cabe duda de que podría decidir renunciar», añadió.

Las declaraciones se transformaron en una bola de nieve y la prensa italiana dio un peso inusitado a la hipótesis. Dos cardenales muy cercanos al Papa Francisco intentaron inmediatamente apagar el fuego. «No sé si Ravasi tiene alguna información, pero yo no sé nada. El Papa se ve cansado, pero es una de esas personas que, si uno quiere que descansen, hay que llevarlas al hospital para que estén quietas», explicó Aveline. «A veces damos una opinión completa sin tener todos los datos», dijo Omella. «El Papa sabrá lo que tiene que hacer. Como está bien de cabeza, gracias a Dios, él decidirá. Invito a vivir el presente y a acoger lo que venga. Mi deseo es que el Papa dure», añadió.

Les hicieron eco otros cardenales. «No vale la pena que algunos grupos presionen para una renuncia. Ya lo han hecho varias veces en los últimos años, y esa solo puede ser una decisión 'completamente libre' del Santo Padre, aun para que pueda ser valida», dijo Víctor Manuel 'Tucho' Fernández al diario argentino 'La Nación'. Marc Ouellet, apuntó a LaPresse que la renuncia que el Papa reveló a ABC «era una medida de prudencia». «Aunque Francisco ahora no pueda trabajar con intensidad, la Iglesia puede esperar un poco», añadió. Pietro Parolin tuvo la última palabra. «Me parecen especulaciones inútiles. Ahora estamos pensando en la salud del Santo Padre, en su recuperación, en su regreso al Vaticano: es lo único que importa», dijo al 'Corriere della Sera'.

El colmo del surrealismo lo protagonizó la televisión pública italiana cuando su conocido vaticanista aventuró en el canal 24 horas que el Papa se había reunido en el hospital con Pietro Parolin y Gianfranco Ghirlanda, a quien llamó «príncipe de los canonistas», para preparar la renuncia o modificar las reglas del cónclave. El Vaticano, que está evitando entrar en el juego de desmentidos para no dar peso a bulos, decidió escribir a los periodistas acreditados. «En relación con la noticia difundida por Rai News 24, se desmiente que ayer se produjera este encuentro entre el Santo Padre y los cardenales Gianfranco Ghirlanda y Pietro Parolin».

«Siempre que el Papa está enfermo corre brisa o huracán de cónclave», bromeaba hace años Francisco en su conversación con Carlos Herrera. También ahora.