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Benedictinos, la resistencia del Valle de los Caídos

El Gobierno prohíbe a los fieles ir a su Misa. Es el último ataque contra el templo de Cuelgamuros, donde 24 monjes resisten el acoso. ABC los acompañó en su viaje de vuelta a las catacumbas

IGNACIO GIL

VIRGINIA RÓDENAS

Prohibido el paso, «por seguridad». Pero franqueo la barrera gracias al salvoconducto que me ha proporcionado el abad mitrado del Valle, que ha dado mi nombre a la guardia civil. Al otro lado, ya dentro de Cuelgamuros, por la carretera que serpentea hasta la Cruz, ... las dos únicas calzadas de acceso a la Basílica están vedadas por señales sujetas al asfalto con piedras amontonadas en su base. Arriba, en la Abadía, me espera el monje. Son las diez y veinte de la mañana y por la subida a estos cerros que el otoño amarillea el viento sopla gélido y el sol se agradece. He visto el arco iris coronando los riscos y caer algunas gotas. Falta media hora para la misa conventual, hoy de solemnidad por ser la Virgen de la Almudena. Cinco personas, dos de ellas empleados de Patrimonio Nacional y una guardia de seguridad, se resguardan bajo la arcada de la puerta que se abre a espaldas de la cripta. Ser huésped de la hospedería o la nominación por algún monje ha permitido al resto llegar hasta esta cancela que da paso a un ascensor. Cuatro niños corretean por los jardines, pasto para caballos abandonados que se cuelan en el recinto, vencidas las vallas, vencido el tiempo y empujado a vencerse el monumento. Diez minutos antes de que empiece la liturgia, los fieles, alrededor de la veintena, van descendiendo en el ascensor los 60 metros que conducen hasta el vientre de la mastaba. Luego, por un pasillo lúgubre se accede hasta el lateral del alta mayor. Los que hemos podido entrar ocupamos los primeros bancos. La escolanía de voces blancas se repliega tras el presbiterio. Entonces, por el mismo camino, los benedictinos entran en procesión. Dan las once en el Valle de los Caídos. Entre los huesos de más de 38.000 muertos de nuestra guerra incivil, la santa misa, restringida, empieza en las catacumbas.

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