ARRANCA EL JUICIO
El expresidente de Anesvad admite que invirtió con dinero de donaciones
I. REYERO
Cinco años después de que estallara el escándalo sobre una presunta apropiación indebida de fondos de la Fundación Anesvad (organización vasca dedicada a cooperación al desarrollo), el expresidente de esta ONG vasca José Luis Gamarra reconoció ayer, en la primera sesión del juicio, haber sacado ... de las cuentas dinero proveniente de donaciones para invertirlo en proyectos solidarios y hacer movimientos bancarios de orden contable, pero siempre bajo conocimiento del patronato de la fundación. Gamarra, que está acusado de haber desviado más de 7,5 millones de euros de la entidad benéfica, negó haberse llevado «ni un euro» de Anesvad cuyas cuentas, asegura, «están impolutas».
«No solo no me he llevado un duro, sino que me ha costado mucho dinero y cuarenta años de mi vida entregados a la ONG. Todo, para acabar en la cárcel», declaró el principal imputado en la primera jornada de la vista oral, que se reanudará mañana y está previsto que continúe hasta el día 16 con la declaración de 41 testigos.
Credibilidad de las ONG
El caso Anesvad, que asestó un duro varapalo a la credibilidad de las organizaciones no gubernamentales, saltó a la opinión pública en 2007. En la misma causa están implicados el ex director financiero y el ex director general de Anesvad entre 2002 y 2006, que sí han admitido haberse apropiado de casi un millón y medio de euros procedentes de los socios y donantes de la ONG, si bien han devuelto la mayor parte de esa cantidad. Los tres acusados se enfrentan a una pena de cárcel de seis años, ampliable a ocho en el caso de Gamarra, a petición de los abogados de Anesvad, que están personados como acusación particular debido al perjuicio material sufrido por estos mismos hechos. Gamarra —que en 2009 cumplió ocho meses de prisión— reconoció disponer de los poderes sobre las cuentas de la entidad benéfica, que según dijo funcionaba «como una empresa».
El acusado se defendió argumentando que proviene de una familia «rica», de la que dijo haber heredado bienes y empresas que le habrían dispensado un bienestar económico notable y permitido interesarse por las acciones solidarias de Anesvad en Filipinas.
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