Zoido plantea que el Centro Nacional de Desaparecidos brinde ayuda psicológica a las víctimas

El ministro ha asegurado que tanto en la búsqueda de Gabriel como en la del resto de las personas desaparecidas trabajan «los mejores» investigadores y efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil , ya sea dentro como fuera del país, pues ha dicho que la colaboración de ambos Cuerpos con la Interpol y el FBI es «cada día más estrecha» en todos los casos.

Algunos de los familiares de los desaparecidos presentes en el plató de televisión han mostrado su queja al ministro al considerar que Interior «no trata del mismo modo» todos y cada uno de los casos de personas desaparecidas en España.

Zoido ha rechazado esa crítica argumentando que en cada búsqueda trabajan «los máximos expertos para cada caso concreto», tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, y ha garantizado que «a medida que vayan creciendo» los casos de desapariciones «se irán incrementando los efectivos» para tratar de resolverlos y que la coordinación entre ellos sea cada vez mejor.

También ha recalcado que a todas las desapariciones, incluidas las de menores de edad, se da el mismo tratamiento por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además, se ha comprometido ante los familiares de desaparecidos a «profundizar» en el apoyo psicológico que ahora reciben por parte de la Oficina de Ayuda a las Víctimas, dependiente del Ministerio de Justicia, y ha señalado que se propone que el Centro Nacional de Desaparecidos incorpore «alguna de esas competencias».

El ministro ha dicho también que su departamento «baraja» la idea de que entre las funciones del Centro figure la de disponer de recursos para atender a las familias que estén padeciendo un caso de desaparición y que necesiten ayuda económica para hacerle frente.

Zoido ha aprovechado la entrevista para hacer «una llamada de atención» a la ciudadanía con el fin de que se eviten los bulos en el transcurso de la investigación de desapariciones pues, según ha dicho, pueden «distorsionar los hechos, angustiar a las familias y entorpecer» la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en unos momentos «determinantes» para resolver los casos.