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Caso Verónica Iveco

«Todos tenemos la culpa»: la planta de Iveco agacha la cabeza por un delito demasiado común

El suicidio de Verónica, que estaba «destrozada» por la sorna que desató un vídeo erótico, reaviva el debate sobre el mal uso de la tecnología. La Fiscalía investiga el castigo penal para quienes lo difundieron

Vista de la sede de la empresa Iveco en San Fernando de Henares EFE | Vídeo: Igualdad ve violencia machista en el caso de trabajadora de Iveco EP

Cabezas gachas. Y aflicción, una profunda aflicción. El sentir era unánime ayer entre los trabajadores concentrados a las puertas de la fábrica de Iveco localizada en la Avenida de Aragón, en el extrarradio de Madrid y colindante a la población de San Fernando de ... Henares. Como en la obra de Lope de Vega, Fuenteovejuna, todos se responsabilizaron a una del delito. Todos asumieron su pena por el suicidio de Verónica Rubio (ayer por error de la fuente, este periódico publicó el apellido Martín), de 32 años, y su culpa por haber compartido su vídeo íntimo que fue grabado cuando tenía 27 y estaba soltera. Entonces Verónica estaba ennoviada con un joven que sigue trabajando en esta fábrica, como también lo hace la hermana de su marido, con quien contrajo matrimonio al dejar la anterior relación y tuvo dos hijos, muy pequeños, de 9 meses y 4 años.

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